La devoción por San Miguel Arcángel en Río Caribe, municipio Arismendi de Sucre, se remonta al siglo XVIII, cuando los españoles construyeron la iglesia parroquial de esa localidad, consagrada en un primer momento a Santa Bárbara.
A los pocos años, se dedicó el templo al general de los ejércitos de Dios. La fe por el santo se mantiene a la fecha y este domingo la iglesia se llenó con feligreses venidos de todos los puntos del municipio y de otros cercanos de la zona de Paria.
“Es nuestro patrono y nos protege”, afirmó Segunda Cedeño, vecina del sector 5 de Julio. Otra devota, Mirna Aliendres, quien nació y creció en el sector de la iglesia, dijo que no pierde una festividad. “Toda la vida hemos tenido a San Miguel, lo tenemos cerquita y en la familia siempre ha estado la devoción”.
Luisa Cristina Aliendres acompañó a las vecinas de banca con la afirmación “me gusta mucho San Miguel”.
La residente de La Villa, Ana Rodríguez, dijo que el día de San Miguel es especial, aunque acuden a misa todos los días. “Cuando llega este día es especial para el riocaribero. Nos sentimos orgullosos y felices de tener este patrono. Vea cómo hay gente hoy”.
Este año la celebración tuvo el toque especial de la restauración de la iglesia, que pasó 14 meses cerrada con los trabajos que se realizaron. Al tratarse de un monumento patrimonial, se tuvo que hacer una obra con mucho cuidado para no dañar obras que datan de tres siglos.
El padre Pablo Cádiz, párroco de San Miguel, dijo que la fecha es la celebración más importante de Río Caribe, por cuanto el patrono representa un ícono de la religiosidad de Paria. “Este pueblo ha crecido bajo la custodia de San Miguel y cada día se acrecienta su fe, sobre todo en estos momentos tan difíciles, la protección de Dios es fundamental y San Miguel nos protege”.
Reconoció que hay mucha alegría por el arreglo de la iglesia, al tratarse de un patrimonio que se construyó en 1717 y toda la vida de la localidad ha girado alrededor del templo parroquial.
La celebración de este año mostró un ánimo y una revitalización evidente, relacionada con el turismo local.
De hecho, instalaciones como el hotel Venetur estaban llenas este fin de semana y otros locales como restaurantes, ventas de empanadas, puestos de dulces, exhibían sus mercancías y la concurrencia de visitantes de otras zonas del estado.
El alcalde José Guerra señaló que la feria mostró una resurgir de la celebración católica, pero también de las festividades de calle.
“Le entregamos a Río Caribe parte de la alegría que plenaba nuestras calles cuando éramos niños. Este pueblo es hermoso y merece la mejor celebración”, acotó.
Entre los eventos resaltó la realización de un circuito de mountain bike por las calles del pueblo, un clásico ciclístico profesional, una regata y eventos musicales como la retreta de la banda municipal Juan Bautista Arismendi, artistas locales y orquestas regionales.
El alcalde resaltó que los eventos religiosos se realizaron bajo techo, luego de la restauración de la iglesia, con recursos del Consejo Federal de Gobierno.
Guerra remarcó que la iglesia es un símbolo de la localidad, que ha visto pasar generaciones y valoran que sea un patrimonio.
“La meta era tener la celebración con la iglesia, que data de 1717 y ha quedado restaurada bajo los parámetros del Instituto de Patrimonio Cultural”.
Paria / Yumelys Díaz