El Centro de Estudios Regionales (CER) de la Universidad Católica Andrés Bello, extensión Guayana (UCAB Guayana), reveló a través de los resultados de la II Encuesta de Bienestar Humano en el estado Bolívar que los habitantes de la región perciben niveles bajos de bienestar en su calidad de vida y han tenido que adaptarse a las fallas en servicios, seguridad y gestión pública.
A través de un índice de 0.0 a 1, siendo 0 un estado total de insatisfacción y 1 el mayor índice de bienestar, Bolívar obtuvo un puntaje de 0,52. El especialista encargado del estudio, profesor investigador Jesús Medina, expresó que para considerar que hay bienestar el indicador debe llegar, al menos, a 0,65. Por tanto, el estudio demuestra que la mayoría de los habitantes de la entidad consideran que viven en un estado de malestar generalizado.
“Hemos determinado que los bolivarenses nos estamos moviendo entre el estado de privación y adaptación, es decir, una situación en la cual yo no consigo herramientas ni formas de salir adelante, entonces busco opciones cercanas a mí. Por el otro lado, tiene que ver con que normalizo algunas situaciones que no son normales. Hay mayor capacidad de adaptación según el estudio de 2022. Cuando hablamos del promedio general del estado, es de 0.52, el año pasado era de 0.53. Uno puede decir que entre 0.52 y 0.53 no hay mucho, pero cuando revisamos los índices vemos que sí hay variaciones importantes”, explicó Medina.
Durante el 2022, la encuesta arrojó un estado de bienestar de 0.53, significando que hoy los ciudadanos perciben su bienestar una décima menos alta que durante el estudio pasado.
El índice donde los 656 encuestados percibieron menor bienestar es en el de ingreso y consumo, refiriendo así que la mayoría de los habitantes de la región no están conformes con sus ingresos o les son insuficientes. Dentro de este ítem, la puntuación fue de 0.22.
“Los resultados arrojaron que hay un incremento en el ingreso individual. Le preguntamos a las personas cuál es su ingreso. En promedio, respondieron que poseen un ingreso de 117 dólares. Cuando comparamos con el año pasado, teníamos 91 dólares. Quiere decir, que hay un aumento en el ingreso individual. Sin embargo, cuando vamos a preguntar dime ahora cuánto aporta cada persona en tu casa, resulta que el número disminuye. En 2022 el grupo familiar contaba con 138 dólares y este año es de 96 dólares. Es decir, el total del ingreso familiar, lo que suman todos los ingresos de los familiares, pues sufrió una leve disminución”, expresó Medina en la presentación de resultados.
Según el análisis, la mitad de los encuestados perciben ingresos a través de su trabajo. En contraste con el año pasado, cuando 19,2% refirió percibir ingresos de las pensiones, lo que implica un incremento importante con respecto al 2022. Solo un 3,8% respondió que recibe ingresos a través de remesas.
Un 75% de los encuestados recibe, además, ingresos por bonos gubernamentales.
En cuanto a gastos, 41% del ingreso se va en comida, según las respuestas de los entrevistados, 26,6% en productos de higiene personal y el resto se reparte entre educación, salud, transporte y vestido. Solo 0.9% es destinado a entretenimiento.
“Un dato interesante es que los bonos del gobierno han aumentado ese ingreso familiar. Cuando hablamos de ayuda de los familiares, disminuyó el apoyo familiar con respecto al 2022. Eso tiene sentido, ya que el ingreso familiar también ha disminuido. ¿Cuál es la prioridad de gasto? La alimentación es la primera prioridad, las demás se mantuvieron en la misma proporción. El gasto en vivienda es el único que disminuyó”, declaró Medina.
A pesar de que una muy baja parte de los encuestados manifestó no considerarse como empresario, el 60% trabaja y el 50% de quienes trabajan lo hacen de forma independiente.
No obstante, 48% respondió que su trabajo no promueve condiciones de seguridad laboral, seguro social, protección, atención médica, discapacidad o enfermedades. 77% no cuenta con oportunidades para capacitarse.
En contraste, el 53,2% respondió estar satisfecho con su trabajo y el 67,2% afirmó que cuenta con condiciones de trabajo aceptables. Según el investigador, esto podría deberse a que las personas se sienten satisfechas con, al menos, tener trabajo, valorando positivamente esta realidad y no analizando las condiciones del mismo.
“Las condiciones son negativas, pero la gente valora esas condiciones de manera positiva. Eso significa que las personas están en condición de adaptación en el caso de trabajo”, acotó.
Sin insumos médicos: bolivarenses no sienten confianza en el sistema de salud pública
En el aspecto de salud, 70% reveló estar insatisfecho con el sistema de salud en general, y 78% no se siente seguro con la calidad de la atención médica de una enfermedad en el sistema de salud.
Según la muestra, la mayoría al asistir a centros de salud reportan que no hay equipos médicos y tampoco insumos para atender los padecimientos.
En cuanto a alimentación, los carbohidratos siguen liderando la lista de alimentos de los venezolanos por su bajo costo; sin embargo, las proteínas también estuvieron presentes como parte importante de la dieta. El estudio reveló un aumento en el consumo de vegetales, granos y frutas, lo cual fue destacado como positivo con respecto al año anterior.
“Sabemos que hay un problema con la canasta alimentaria, pero la gente está comiendo mejor en términos de estar comiendo más vegetales, ya no nos quedamos solamente en las harinas”, puntualizó Medina.
En cuanto a la tenencia de vivienda, la oportunidad de estudiar y las relaciones interpersonales son las áreas en las cuales los ciudadanos sienten mayor bienestar; sin embargo, ninguno de los ítems supera los 0,65 puntos que se requieren para considerar que existe bienestar pleno.
La mayoría de los encuestados recibió educación en una institución pública. Sobre esto, solo el 23% consideró que sus estudios le han permitido obtener empleos.
En contraste, el 76% manifestó estar satisfecho con sus estudios y preparado para afrontar la vida.
“En un primer momento nos dijeron que no les sirvió mucho para conseguir trabajo, pero también refieren que les sirvió para afrontar la vida. La misma proporción consideró que sus estudios le permitieron darle sentido a su vida”, expresó Medina, quien enfatizó en que la mayoría se sintió satisfecho con el conocimiento brindado en el sector público.
En cuanto al hogar digno y sus condiciones, 79% es propietario de su vivienda y cuenta con el documento de propiedad de su casa, esta condición habla de un estado de bienestar para los encuestados. Un 28% de la muestra vive en condiciones de hacinamiento.
Los resultados arrojaron que la mayoría de los encuestados acude a sus familiares cuando tienen algún problema, también se reportó un incremento de valoración hacia la relación con vecinos y compañeros de trabajo. Según el investigador, estos acercamientos podrían tener que ver con el fin de la pandemia y el miedo a relacionarse con personas externas al núcleo familiar.
La muestra consideró que hay una mejoría en cuanto a servicios públicos con respecto a sus respuestas del 2022, expresando así que, a pesar de que los servicios fallan, estarían fallando menos que hace dos años.
“El acceso a servicios tiene factores fundamentales: acceso, frecuencia con la que tengo el servicio y valoración que hago del servicio. Se evalúa la calidad. Fíjense que los datos subieron exceptuando la telefonía que disminuyó un punto. Se han venido haciendo esfuerzos para llevar más servicios a todas partes”, explicó el especialista.
Para el año 2022, la mayoría de los encuestados tenían menos servicios públicos en sus viviendas, lo que refleja una mejoría en el acceso de los servicios y frecuencia.
En 2022, la mayoría de la muestra respondió que no había servicio de recolección de desechos. Por el contrario, ahora la respuesta se modificó a recibir el servicio, al menos, una vez a la semana. Aún así, el 38% de los entrevistados consideró estar insatisfechos con los servicios a pesar de las mejoras.