El Fondo de las Naciones para la Infancia (Unicef) alertó esta semana que uno de cada seis niños y niñas (27,5 millones) está expuesto a una grave escasez de agua en América Latina y el Caribe, y advirtió que la crisis climática «amenaza con empeorar aún más esta situación».
Además, la doble carga de la menor disponibilidad de agua y la insuficiencia de los servicios de agua potable y saneamiento «agrava el problema y pone a los niños y niñas en una situación de riesgo aún mayor».
El organismo de la ONU destaca además que esta situación generada por la crisis climática está «cambiando a la infancia y alterando su salud mental y física».
Unicef alerta que se espera que la demanda de agua en América Latina y el Caribe aumente un 43 %, «la segunda más alta del mundo».
En su nuevo informe «El cambio climático está transformando la infancia», publicado antes de la cumbre climática COP28 de Dubái en diciembre, Unicef resalta también la amenaza que supone para los niños y niñas la vulnerabilidad hídrica, una de las formas en que se dejan sentir los efectos de la crisis climática.
«En América Latina y el Caribe las fuentes de agua se están agotando rápidamente y, con ello, el bienestar de nuestros niños y niñas», afirmó en Panamá el director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Garry Conille.
Conille remarcó que «más allá de pasar sed, un menor acceso al agua también significa peores condiciones de higiene, salud y vida para las familias en general y los niños y niñas en particular».
«Y en los próximos años, el cambio climático cerrará el grifo del agua aún más rápido en toda la región», advirtió Conille.
El informe, un suplemento de la publicación de Unicef sobre el Índice de Riesgo Climático de la Infancia de 2021, describe otras formas en las que los niños y niñas sufren los efectos de la crisis climática como las enfermedades, contaminación atmosférica y los fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones y las sequías.
En cuanto a la contaminación atmosférica, el estudio señala que los más pequeños son más propensos a sufrir sus efectos que los adultos, ya que por lo general respiran más deprisa que éstos y sus cerebros, pulmones y otros órganos aún se están desarrollando.
«El cambio actual en los patrones de precipitaciones, las sequías prolongadas y la falta de inversión en infraestructura resistente al cambio climático inevitablemente coloca a los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe en el camino hacia una mayor vulnerabilidad», agregó Conille.
El director regional de Unicef advirtió que «para 2050 se espera que la demanda de agua se dispare en casi un 50 % en la región», y que niños, niñas, adolescentes y jóvenes «serán afectados como nunca antes».
«La elección es simple: o los Gobiernos de América Latina y el Caribe se toman en serio la idea de incluir ahora a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en todas las decisiones relacionadas con el clima, o grandes partes de la región se perjudicarán a sí misma y mañana tendrán sed», afirmó Conille.
Naciones Unidas / EFE