Hace 18 años, el señor Jorge Gómez perdió a su hijo de 10 años de edad, luego de que un vehículo lo impactara en la carretera vieja hacia Cumaná, a la altura del sector Barbacoa.
"Me mataron a mi niño de 10 años. Un carro se lo llevó porque en ese tiempo no teníamos la autopista", relató en voz baja y visiblemente afectado.
Cuando la autopista Antonio José de Sucre estaba activa, añadió el ciudadano de 56 años, "estábamos felices. Ahorita sólo se usa la carretera vieja y las gandolas son las que nos dan más miedo, porque pasan rápido por esta vía".
Pero el señor Jorge es sólo uno de los tantos habitantes de algunas comunidades sucrenses que se mantienen en zozobra ante la inhabilitación del tramo de la conocida como "Autopista a Oriente", que va desde el sector El Merey hasta Barbacoa.
"Ahora hay que tener muchísimo cuidado con los niños principalmente, porque desde que no está habilitado este pedazo de la autopista, entonces aumentó el flujo diario de vehículos de todo tipo por la carretera vieja. En su oportunidad lo cerraron por las lluvias", comentó el ama de casa Damelis Cortesía, quien hizo una pausa en sus labores del hogar para dar detalles sobre esta situación que los mantiene alerta.
En la comunidad El Merey, en el estado Sucre, hay una curva peligrosa que está a pocos metros del tramo de la autopista que está inhabilitado. Hace dos semanas, se observó que el portón de la entrada de una casa se cayó luego de que fuera impactado por un vehículo. "Esta siempre ha sido una curva peligrosa porque está en bajada y los carros se confían. Hace días se estrelló una camioneta pickup contra la casa y se llevó el portón. Mi abuelo me comentó que hace años mucha gente cayó en la quebrada que está cerca. Los conductores deben tener más cuidado", comentó un joven, quien está a cargo del inmueble.
La señora de avanzada edad agregó que tiene conocimiento de que los "camioneros" también han empezado a quejarse por tener que usar sólo la vía antigua.
"Ellos (transportistas de carga pesada), cuando se paran en las casas que están aquí, dicen que la subida en Barbacoa es fuerte, incluso muchos se han quedado allí porque no termina de subir el camión. Es necesario que las autoridades vengan y terminen de rehabilitar la autopista, pues ya viene la temporada de lluvia y si siguen usando la carretera vieja nos da miedo que se siga deteriorando y quedemos incomunicados. ¿Cómo pasarían los alimentos después? Además, hay mucha gente que no podría ir a trabajar a Santa Fe o Puerto La Cruz", enfatizó.
Habitantes consultados aseguran que este tramo de la autopista Antonio José de Sucre está inhabilitado desde hace más de dos años.
Afirman que la última contratista que trabajó en la recuperación de la arteria vial fue una compañía denominada 1ero de Mayo.
"Se estaban haciendo como unos trabajos de relleno, pero después cerraron por completo esa parte y lo que ha hecho es deteriorarse cada día", comentó un joven residente del sector Barbacoa, quien prefirió no identificarse.
El equipo de El Tiempo recorrió la autopista desde el Merey hasta Barbacoa y constató que los trabajos ejecutados en el lugar quedaron a medias.
En la actualidad la vía luce abandonada, está llena de maleza y piedras en varios canales, hay partes que ni siquiera están asfaltadas y en algunas zonas los muros de contención están caídos.
Por momentos da la impresión de que es un lugar desértico, donde reina el silencio y la desidia.
El Tiempo intentó conversar con el gobernador Gilberto Pinto y alguna de las autoridades relacionadas con la vialidad en el estado Sucre para conversar sobre esta arteria vial, pero la comunicación no fue posible.
La autopista Antonio José de Sucre es uno de los tramos viales que integran la Troncal 9, una de las carreteras más importantes del país.
Tras hacer un recorrido por la arteria vial, desde la entrada del municipio Guanta, en Anzoátegui, hasta el sector Barbacoa del estado Sucre, a mediados de abril, se pudo corroborar que en el trayecto de ida no existen notables desperfectos en la carretera en comparación con el tramo Barcelona-El Guapetón, donde se contabilizaron más de 350 huecos en un trabajo especial publicado por este medio de comunicación en febrero del presente año.
Se puede decir que "los huecos son contados" y que en la mayoría de los tramos la capa asfáltica está en buenas condiciones.
No obstante, hay muchas zonas del trayecto de ida en las que se puede apreciar la ausencia de los llamados "ojos de gato" (sirven para mejorar la visibilidad en las noches) y en algunas partes hay desniveles en la vía.
Además, producto de las últimas lluvias registradas el año pasado todavía hay lugares donde las rocas y escombros que cayeron de la montaña ocupan parte de la carretera y esto hace que los conductores transiten con cautela por estos espacios.
Uno de los sitios donde se observaron piedras enormes en el trayecto de ida a Sucre fue en las cercanías de la Villa Wualuce.
Al llegar a la población de Santa Fe se observaron varios huecos en la vía de diferentes tamaños.
Antes de pasar por el terminal terrestre había dos orificios notables y en la ruta hasta la salida de este pueblo se contabilizaron, al menos 14.
Otra de las zonas que está bastante afectada es en las adyacencias del puente que tiene escrito "Gobernador - Cacao - Playa". Allí se encontraban unos seis huecos grandes.
Desde allí hasta la entrada de Mochima todo luce relativamente bien en lo que respecta a la vialidad. También es normal ver en este tramo de la Troncal 9 a los vendedores de muñecas de trapo y barcos de madera, que siempre han sido un atractivo para los turistas que visitan el oriente del país.
De regreso la historia es similar en cuanto a orificios y troneras en la carretera.
Sin embargo, hay algo que sí llama mucho la atención y es que en la mayor parte de la ruta se nota la ausencia de muros de contención y hay fallas de borde en algunas partes.
Uno de esos desniveles peligrosos se observó cerca de los Bomberos Forestales. Está tan pronunciado el desperfecto que cualquier carro se pudiera ir por un barranco.
En el trayecto de la carretera que atraviesa la población de Mochima se aprecia mucho la falta de muros que eviten la caída de vehículos al vacío.
Sin duda la zona más perjudicada de regreso al estado Anzoátegui es la curva de Yaguaracual.
En el recorrido de hace dos semanas, allí había varios huecos y varias piedras enormes que cubrían casi toda la carretera en esa zona.
"Aquí ya se han hecho más de 2 mil fotos, pero nada que las autoridades arreglan este tramo. El año pasado estuvieron allí y vieron que se vino parte de la montaña, pero no han venido a arreglar esta situación", comentaron vecinos consultados.
Al avanzar hacia el estado Anzoátegui, antes de llegar a un mirador turístico hay dos huecos bastante grandes.
De igual forma, conductores que viajan regularmente desde Anzoátegui hasta Sucre consideran que las autoridades deben reparar la vialidad en algunas zonas en específico para evitar futuros accidentes.
"El gobierno tiene que poner atención en algunas partes que son críticas ahorita, como por ejemplo en El Horno. Hubo un derrumbe el año pasado y las piedras obstaculizan todo un canal de la vía. En Playa Colorada hay un bache, como si hubiesen echado un baño de María, mientras que a 500 metros después de El Cumbre hay desperfectos que son peligrosos. Es algo riesgoso para los conductores y para los habitantes", comentó el transportista Nelson Vivas.
Mientras tanto, el conductor Antonio Rodríguez hizo énfasis en que "el tramo más urgente" que se debe arreglar es el de Yaguaracual.
"Cuando empiecen las lluvias se puede deslizar más y empeorar. El terreno allí es muy difícil", dijo.
En la ruta de regreso, otras de las zonas que se observó muy deteriorada fue en las adyacencias de la Discoteca Bar Lounge, donde hay una falla de borde notable, en una curva cercana.
Después de este espacio también hay una, en otra curva que está a pocos metros de un sitio que está siendo usado como botadero de basura.
Desde allí hasta la entrada de Guanta hay otros lugares con fallas de borde y ausencia de ojos de gato en la carretera.
Pese a eso, en esta carretera no son tan abundantes los huecos como en el trayecto Barcelona - El Guapetón.
Sucre / Jesús Bermúdez Pino