Michael Penfold, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Columbia, advirtió el jueves 2 de marzo que las inhabilitaciones que penden sobre varios dirigentes en Venezuela, como es el caso del exgobernador Henrique Capriles, dependen mucho de lo que se decida en la mesa de negociación en México y a su vez del estado de las relaciones entre Estados Unidos (EEUU) con la administración de Nicolás Maduro.
Penfold, quien estuvo junto al actor Héctor Manrique y el presidente de Datanálisis, José Antonio Gil Yepez, en el Circuito Onda, considera que las elecciones primarias que impulsa la oposición por medio de la Plataforma Unitaria «es un proceso importante que tiene potencial», aunque todavía se está en una primera fase y aún no se puede ver el camino que tomarán.
La idea, a su juicio, es observar si la ciudadanía toma realmente un papel en este momento sobre las cuestiones políticas y asegura que las primarias «es solo un pilar» porque «por sí solas no resuelven todos los problemas», debido a la «fragilidad» del ambiente económico y político que se evidencia en el país.
Manifestó que hay políticos, como el caso de Capriles, que tienen una inhabilitación formal por parte de la Contraloría y hay otros que no, pero a los que se les impide participar en una elección y puso el ejemplo de lo sucedido con Richard Mardo (PJ) y las elecciones regionales, donde si bien ya se le había pasado el periodo de no poder ejercer cargos públicos, cuando se presentó como candidato continuaba inhabilitado por falta del «visto bueno» de la Contraloría.
O como el caso de Freddy Superlano (VP), explicó, que fue inhabilitado luego de haber ganado las elecciones regionales en el estado Barinas. En ese sentido, recordó que a la coordinadora de Vente Venezuela, María Corina Machado, ya tiene vencida esa inhabilitación pero dijo que está latente ese caso en que le impidan postularse.
Para Michael Penfold, las primarias tienen de fondo que resolver dos problemas fundamentales: Uno de ellos tiene que ver con la representación política, debido al desencanto de la gente que quiere un cambio en el país pero no encuentra quién pueda canalizar esa energía y que se traduzca en un futuro tangible.
El otro tema que no resuelve las primarias es la falta de coordinación a lo interno de la oposición y su visión sobre el cambio politico que buscan; por lo que recomendó a los políticos a conversar y confluir en ideas para definir cuál es esa visión para generar esa otra Venezuela de la que hablan y con la que piensan enamorar al elector.
Dijo que en las primarias se hará palpable al menos dos visiones de la política en la que un ala, como la que representa Capriles, en la que apuestan por una salida vía electoral y planificar soluciones concretas, versus otra ala, donde ubica a Vente Venezuela y Voluntad Popular en la que aún no se define si van o no a un proceso electoral.
Por eso es que destacó que en la medida que avance el proceso hasta octubre, se podrán ver alianzas, coaliciones, rupturas hasta que el panorama se defina.
También habla de una crisis de liderazgo político, aunado a un descontento con la situación económica y la desigualdad que hay en Venezuela; elementos que deben contar los candidatos para poder salir airosos en sus objetivos.
Recordó que la Comisión Nacional de Primaria (CP) es respetable y trabaja en pro de un proceso limpio, pero aclaró que no todo depende de ellos porque hay una serie de variables que no pueden controlar como la falta de condiciones, el no saber si todos los que hoy apuestan por las primarias realmente irán a las elecciones y la misma desigualdad en los partidos políticos.
Michel Penfold desestimó el término «outsider» en el actual proceso porque, al recordar lo que pasó en las elecciones de 1998 cuando gano Hugo Chávez, los partidos tradicionales tenían cerca de un 8% de aceptación y había una crisis profunda; por lo que la llegada del MVR sí fue como tal un outsider que nadie esperaba que ganara.
Actualmente, cuando el PSUV ronda una aceptación de entre 24 y 28 puntos, expresó que en efecto son una minoría pero con un porcentaje importante y por ello, el término debe acuñarse con cuidado, ya que lo que realmente hay es una «fragmentación de liderazgo en la oposición».
A eso, cree el experto, es que seguirá jugando quienes están en el poder para vencer como lo hizo el expresidente Rafael Caldera en el año 1993 con el «Chiripero».
Adelantó que, aunque pueda haber una victoria en las elecciones, quien llegue como presidente de la oposición tendrá un reto por delante porque no controla la Asamblea Nacional; la mayoría de las gobernaciones son afines al oficialismo y el sistema judicial.
Caracas / TalCual