A pocas semanas de que finalice el año, la depreciación del bolívar frente al dólar continua su avance sostenido, impulsado aparentemente por el tradicional aumento de liquidez monetaria producto del pago de utilidades y bonificaciones navideñas.
Sólo en lo que va de noviembre la cotización de la divisa estadounidense se ha elevado entre 16% y 30 /% -ya sea que se tome en cuenta el tipo de cambio oficial o paralelo respectivamente.
Los pronósticos hechos por distintos economistas a comienzos de 2022 sobre la posibilidad de que el dólar rebasara los Bs 12 están cerca de cumplirse: mientras el Banco Central de Venezuela (BCV) ha ido incrementando la cotización hasta llegar a Bs 9,97, en el mercado alterno el valor de intercambio ya ha superado los Bs 11,50.
La tendencia del tipo de cambio oficial de irse acoplando progresivamente al paralelo, se ha vuelto una constante, haciendo presumir cierto interés del Ejecutivo en dejar que las fluctuaciones sigan el curso que dicte la economía.
Sin embargo, al poner la lupa sobre el ritmo de la devaluación de la moneda nacional, saltan a la vista distintos factores que inciden en la actual aceleración cambiaria, más allá de la liquidez.
Según señalan diversos expertos consultados por El Tiempo, la ya habitual política de inyección de divisas del Ejecutivo a la banca nacional, para bajar la presión alcista de la moneda extrajera, aunque continua siendo aplicada, muestra signos de agotamiento.
Para el economista Aarón Olmos, CEO de Olmos Group Venezuela y profesor del Iesa, el menor volumen del ingreso de dólares a las arcas del Estado es uno de los elementos a considerar.
“La política cambiaria que ha aplicado el Gobierno desde julio del año pasado a la fecha, ha sido básicamente colocar o vender una mayor cantidad de divisas en el sistema financiero. Pero de alguna manera, se ha ido agotando. El dinero que se coloca en el sistema son divisas que provienen principalmente de la venta de crudo, pero también de otras vías (venta de oro, remesas, etc.). Lo cierto es que el país no está produciendo la misma cantidad de petróleo, según los últimos cálculos de la Opep y Pdvsa. A eso hay que sumarle un menor precio del crudo venezolano. Entonces, hay menos dinero para destinar a esta política de inyección de divisas en el mercado”, indica Olmos.
La semana pasada, el BCV inyectó 70 millones de dólares a la banca -sólo el 16 de noviembre el BCV vendió $40 millones. Pero esta no ha sido una intervención lo suficientemente fuerte como para contener el avance del precio del dólar.
Según fuentes extraoficiales, las entidades bancarias no cuentan con las divisas suficientes para hacer frente a una demanda creciente, entre otras razones, por un retraso en la facturación de Petróleos de Venezuela que es la fuente de los recursos liquidados por el BCV.
Aun así, el pasado octubre fue el tercer mes con más intervenciones cambiarias desde que comenzó a aplicarse esta política de freno -los otros dos fueron noviembre de 2019 y noviembre de 2020.
Para la firma consultora Síntesis Financiera, en caso de no aumentarse las divisas en la cantidad suficiente para contener el ascenso, el paralelo podría subir en los próximos días 10,1% y el oficial -Tipo de Cambio de Referencia del Sistema del Mercado Cambiario (SMC) del BCV- 7,4 %. Esto llevaría al primero a Bs 13 y al segundo a Bs 10,71, respectivamente.
“Es posible que la demanda corporativa de divisas decline hacia finales de año debido al cierre de actividades lo cual restaría presión al precio en el SMC en las últimas tres semanas de 2022 y las primeras dos de 2023, bajando los aumentos semanales en torno a 2,5% y 3,5%”, apunta la consultora.
No obstante la firma no descarta que eventualmente el dólar oficial llegue a Bs 13,80 y el paralelo a Bs 20,50. De esta forma, la tendencia alcista del dólar continuará para fin de año y en un futuro rebasará con creces las proyección de Bs 12, según analistas.
Frente a este escenario, el Ejecutivo ha adoptado otras medidas además de la inyección de divisas, para bajar la presión de la demanda.
Una de ellas fue el pago fraccionado y en cuatro partes, de los aguinaldos de los trabajadores del sector público en los últimos tres meses del año. Con esta medida se intenta evitar lo ocurrido en agosto, cuando la moneda nacional experimentó una devaluación de 36% producto, entre otras razones, de la cancelación del bono vacacional a los docentes y otros sectores de la administración pública. En ese entonces, la consultora Aristimuño, Herrera & Asociados, calculó que el pago del beneficio laboral significó el desembolso de alrededor de Bs 1 mil 500 millones, lo cual arrojó más recursos a la calle, disparando la demanda en la compra de divisas y, con ello, su precio.
En este momento, ya se han hecho dos pagos de utilidades de fin de año en la administración pública -el 5 de octubre y el 2 de noviembre-, pero aún quedan pendientes los del 30 noviembre y 15 diciembre.
Pero a pesar de los esfuerzos, el impacto de una mayor circulación de bolívares no ha logrado ser controlado, según algunos especialistas.
“La liquidez sigue creciendo. Cuando se revisan las estadísticas del Banco Central de Venezuela desde enero a la fecha, vemos que se ha ido incrementando a gran velocidad. Eso tiene que ver con la situación sobrevenida de este último trimestre del pago de utilidades, bonificaciones, pero también con la misma visión del Gobierno de colocar más dinero en la calle, por ejemplo, a través de la Plataforma Patria, con montos que se han ido ajustando en el tiempo y se le entregan a gran parte de la población”, agrega Olmos.
En medio de este panorama, el aumento del precio de bienes y servicios es el primer termómetro del alza del dólar. Desde agosto, cuando se registró la primera devaluación importante, el precio de la Canasta Alimentaria del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas- FVM), pasó de Bs 2 mil 756 -a finales de julio- a Bs 4 mil 039,94 a finales de octubre. Esto significa un alza de 46,58%, solo en tres meses, mucho más que en los siete primeros meses del año, cuando el alza acumulada de la agrupación de alimentos básicos fue de 36,11%.
Al desglosar los incrementos de la Canasta Alimentaria , encontramos que sólo en agosto se elevó 15,3%, en septiembre 15,85% -la más alta del año- y en octubre 9,7%.
De igual forma, el mes pasado el costo de la Canasta Alimentaria, calculada en moneda extranjera, se ubicó en $459,08, un repunte de 2,74% en comparación con septiembre.
Y es que a pesar de las devaluaciones y los aumentos en bolívares de los productos, en Venezuela ha operado durante 2022 otro fenómeno que también fue advertido por los especialistas a comienzo de año: el crecimiento de los precios en dólares de manera desproporcionada.
Según el socio-director de Ecoanalítica Asdrúbal Oliveros, el rango de aumento en dólares de los productos de consumo en 2022, comparado con 2021, ha estado entre 47% y 50%. “Es un tanto menor que en 2021 (60%), pero sigue siendo un exabrupto. Los precios en dólares en Venezuela crecen a razón de un 3% mensual”, indicó Oliveros.
Según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas, la inflación de octubre fue de 14,5%, para una acumulada anual de 142,6%. Una cifra nada desdeñable que pone en evidencia el contexto de devaluación.
Y es que luego del repunte inflacionario de agosto (17,2%), la economía siguió absorbiendo el impacto de la depreciación de la moneda nacional en septiembre, con una aceleración de precios de 11,5%.
La liquidez para la OVF también parece ser un factor para tomar en cuenta. Según advierte la instancia de medición, la emisión de dinero por parte del BCV en octubre respecto a septiembre fue 29,4% y la inflación se cifró en 14,5%, mientras en septiembre, en comparación con agosto, la emisión monetaria alcanzó 14,1% y la inflación fue de 11,5%.
“Ello sugiere que la presión monetaria derivada del gasto ha jugado un papel fundamental en el comportamiento alcista de los precios durante septiembre y octubre”.
Pero en la inflación en octubre (14,5%) respecto a septiembre (11,5%) inciden otros elementos. Según el BCV entre ambos meses el tipo de cambio se depreció 4,7% en tanto que los datos de la cotización del mercado paralelo indican que la depreciación fue de 8,9%.
De esta forma, la dinámica de aumento de los precios excede con creces el ajuste del bolívar respecto al dólar, lo que corresponde claramente, según la OVF, “a un problema de sobrevaluación o atraso del tipo de cambio”. “En otras palabras, los bienes importados son más baratos que los producidos internamente”.
Adicionalmente, para algunos economistas la verdadera razón de los desequilibrios cambiarios del país no están cifrados solo el aumento de liquidez o el pago de bonificaciones a los trabajadores.
Para el economista José Guerra, la verdadera razón de los bruscos repuntes del dólar en las últimas semanas -y los que están por venir- responden a un factor más complejo de resolver: la falta de confianza en el bolívar.
“Estas alzas no suceden en ninguna otra parte del mundo. Ya sea que vengan las vacaciones, o que haya pagos en diciembre, las monedas no se deprecian. No es verdad que eso ocurra en la mayoría de los países donde predomina la estabilidad cambiaria. Este es un caso de Venezuela típico de una moneda fuera de control”.
A juicio de Guerra, el Banco Central no tiene como estabilizar la tasa de cambio porque para ello se necesitarían dos condiciones. La primera es que el país cuente con reservas internacionales suficientes para satisfacer la demanda.
“La segunda es que los ciudadanos y los agentes económicos demanden y quieran tener la moneda nacional y ninguna de esas dos condiciones existen”, indicó el experto a El Tiempo.
Guerra subraya que no es cierto que lo que ocurre en el país sea un fenómeno que se circunscriba a las épocas de vacaciones, o de navidad o al pago de un bono.
“No. Eso tiene que ver con un tema más fundamental que es la pérdida de confianza absoluta de los venezolanos en su moneda”.
El hecho de que la población prefiera seguir teniendo dólares en lugar de bolívares va a presionar por un largo tiempo, según los expertos, la demanda de divisas y con ello, las alzas cambiarias continuarán siendo uno de los comportamientos recurrentes de la economía nacional.
Caracas / Rodolfo Baptista