Indignación, tristeza y sed de justicia. Esos son los sentimientos que embargan a algunos proteccionistas radicados en el estado Anzoátegui y el resto del país, tras hacerse público un aparente caso de maltrato animal registrado en el sector Las Parcelas de Puente Ayala, en la zona rural del municipio Bolívar.
¿El presunto responsable? Un supuesto adiestrador de perros, de 40 años de edad, cuyo nombre se omite, pues funge como representante del “entrenador de perros más joven de Venezuela” y al menor lo protege la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna). Así lo refiere Odalys Salazar, directora de la organización de protección animal Festival de Huellas.
Salazar relató que desde hace una semana las redes sociales estallaron con un cartel de desaparición: Milo, un mestizo de un año, presuntamente se había escapado de su sitio de entrenamiento y su dueña lo buscaba con desesperación. Sin embargo, la llegada de unos mensajes anónimos encendieron las alarmas. El can no estaba perdido, sino que había sido encerrado en una habitación por su cuidador, ya que lo atacaron otros perros.
La organización Festival de Huellas se encargó de apoyar a la dueña y conocer por qué ocultaban la verdad. Según la representante de esta fundación, descubrieron una red de maltrato y explotación que radica en la localidad capitalina.
Con la información suministrada, la víctima acudió a la sede de la Policía del municipio Simón Bolívar (Polibolívar) para formular la denuncia. Tras cotejar las pruebas, los funcionarios actuaron y en compañía de los proteccionistas y representantes de Misión Nevado; llegaron al supuesto centro de entrenamiento y hospedaje animal.
Fuentes policiales mencionaron que el lugar estaba en “deplorables condiciones”, pero se sorprendieron más al ver el estado de los cuadrúpedos.
Eran 15 los perros que se encontraban en el lugar bajo el cuidado de unos niños, ya que los dueños del lugar habían salido a una entrevista radial. Según declaraciones de los que presenciaron el procedimiento, todos presentaban altos signos de violencia, deshidratación, desnutrición, heridas y algunos estaban completamente sedados, tanto que no respondían a ningún llamado.
Las evidencias del hallazgo fueron grabados por Festival de Huellas y quedaron posteados con detalle en una cuenta de Instagram, creada con el fin de viralizar casos relacionados con este delito.
Milo efectivamente estaba herido, se le veían las costillas. Fue entregado a su dueña, quien se encargó de llevarlo a una minuciosa revisión veterinaria que develó tiene una fractura de vieja data en una de sus patas. El resto de los animales, incluyendo un ovejo también fueron sometidos a revisiones médicas que determinaron la presencia de sedantes, heridas en el cuello causadas por el mal uso de collares ahorcadores, infección por hemoparásitos y otras lesiones en general.
Aunque los elementos de convicción incriminan al supuesto entrenador; los funcionarios de Polibolívar no lograron detenerlo debido que le compete a la vindicta pública solicitar la orden de aprehensión.
El caso quedó a la orden de la Fiscalía Superior, a la cual los proteccionistas, fundaciones y rescatistas del país exigen la suspensión de las acreditaciones como adiestrador canino, tenencia de cualquier tipo de animal, clausura de la escuela y hospedaje canino; y por supuesto, que haga entrega de sus 10 perros.
“Queremos que se olvide de tener animales en su casa, no está apto para eso. No puede ofrecer adiestramiento porque son basados en maltrato”, sentenció Odalys Salazar.
En cuanto a los ejemplares que quedaron dentro de la casa, señalaron que ellos se van a encargar de ubicarles hogares temporales, rehabilitarlos en su totalidad y darlos en adopción a personas que realmente los quieran y cuiden.
Cabe destacar que este es el primer caso masivo de maltrato animal registrado en el país. Por lo que cientos de personas exigen al Fiscal Tarek William Saab hacer justicia ante un hecho catalogado como espeluznante y deprimente.
Barcelona/Oriana Mujica
