En peores condiciones. Así aseguraron los habitantes de Mayorquín III, en Barcelona, que están las calles de la comunidad, tras el proyecto de rehabilitación que iniciaron trabajadores de la alcaldía del municipio Bolívar hace tres meses y paralizaron hace 20 días, sin justificación alguna.
“Todas las calles están deplorables. Sólo colocaron un relleno en algunas y aplanaron, pero quedaron iguales y hasta peores, porque cuando llueve se convierten en un charquero. Ese tipo de relleno no es el ideal. Por lo menos en la calle Divino Niño le sacaron como 15 centímetros del relleno bueno y colocaron menos de esa cantidad, con ese relleno malo. La cosa fue peor”, comentó David Zerpa.
Según los vecinos, para la comunidad fueron aprobados 2 mil 300 toneladas de asfalto, mediante un proyecto de rehabilitación, que tiene fecha de culminación dentro de dos años.
“Primero tienen que construir aceras de atrás para adelante, porque aquí las personas tienen que salir en botas, con bolsas en los pies o colocar piedras en el camino para brincar los charcos cuando llueve, porque llegas a la entrada con varios kilos en los zapatos, porque todo ese relleno se te pega”, manifestó María Arrechider.
Tras un recorrido que realizó el equipo de El Tiempo por algunas de las 19 calles, aproximadamente, que existen en el sector, se observó que varias están quedando cerradas entre el charco y la maleza.
Y es que Julio Ramos señaló que en la calle San Felipe y Divino Niño hay tramos que no han sido tocados por las autoridades competentes.
“En cada una de las calles hay como dos cuadras intransitables, hay que avanzar. La idea que están teniendo en la comunidad no es mala, solo que el relleno debería ser granzón. Pero hay que darle un voto de confianza a la alcaldesa Sugey Herrera, porque ha sido la única que se ha preocupado en trabajar”, mencionó.
Olvido
Por otro lado, a propósito de que entró la temporada de lluvia y la comunidad fue una de las más afectadas por la crecida de los ríos Neverí y Aragua, los vecinos recordaron que todavía esperan las ayudas en cuanto a colchones y ventiladores, por ejemplo, que les prometieron las autoridades.
“Cada vez que hay sol tengo que sacar los colchones para que se sequen bien, porque con la humedad de la noche empiezan a salir los olores de agua de río. Aquí cada quien busca como sobrevivir, de la situación que nos afectó el año pasado”, expresó Arrechider.
Barcelona / Elisa Gómez
