Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamado de alerta ante el aumento de 30 % en los casos de Covid, específicamente, entre finales de junio y comienzos de julio, debido a la propagación de las nuevas subvariantes del Ómicron.
Una realidad a la que Venezuela no es ajena. De hecho, sólo en la semana que acaba de culminar (del 4 al 10 de julio) se registró un repunte de 77% en el número de casos locales con respecto a los siete días precedentes.
Al relajamiento de las medidas de prevención y el regreso de actividades como reuniones públicas -incluidos espectáculos y conciertos-, se le han sumado la ausencia de pruebas diagnósticas -para evaluar la presencia de subvariantes-, y la distensión en la administración de tratamientos y campañas de vacunación. Todo lo anterior conforma un coctel de riesgo potencial para la aparición de un nuevo e importante pico de la enfermedad.
Si bien es cierto que las tasas de mortalidad se han desvinculado en gran parte del aumento de los casos -ya no hay una correlación tan directa-, el Covid no ha dejado ser un problema grave de salud pública.
“No es tiempo de declarar el fin de la pandemia”, dijo el experto de la OMS, Abdi Maha, la semana pasada, quien agregó que el Covid todavía puede “causar mucho daño”.
En el país, los registros oficiales muestran una línea de ascenso importante. En la semana comprendida entre el 27 de junio y el 3 de julio se contabilizaron 906 casos, un repunte significativo tomando en cuenta que meses atrás, a mediados de abril, las cifras se llegaron a ubicar en 134 casos semanales.
Durante la semana que acaba de finalizar (del 4 al 10 de julio) los contagios informados por el Ejecutivo alcanzaron los 1 mil 604, lo que según expertos evidencia la aparición de una nueva ola pandémica en el territorio.
Decesos en cifras
La mayor cantidad de fallecimientos reportados a causa de la enfermedad en Venezuela se produjo en el lapso comprendido entre el 1 abril y el 31 octubre de 2021. En ese periodo de siete meses se contabilizaron 3 mil 314 muertes oficiales, es decir, 57,73% de los decesos ocurridos a lo largo de toda la pandemia.
Mientras entre el 1 de enero y el 10 de julio de 2022 (durante más de seis meses) se acumularon 410 fallecimientos, apenas 7,1 % del total de las 5 mil 741 muertes registradas por el virus desde 2020.
Pero un factor recurrente a lo largo de toda la pandemia en Venezuela, señalado por distintos expertos, es la poca confiabilidad de cifras de contagios divulgadas públicamente.
Esta situación se ha exacerbado a lo largo de 2022, primero, por la ausencia de pruebas diagnósticas PCR, y en segundo lugar, porque debido a la menor letalidad, gran parte de la población ha preferido tratar la enfermedad en sus casas, sin acudir a centros asistenciales.
Esto lleva a pensar que el número de contagios en el país es mucho mayor a lo anunciado diariamente por los voceros gubernamentales. Adicionalmente, se desconoce cuál está siendo el impacto de las nuevas subvariantes del Omicron en el país - estas son la BA.4 y BA.5, entre otras-, ya que no se practican las pruebas que permitan precisar su incidencia.
El presidente de la Sociedad Venezolana de Salud Pública, José Félix Oletta, apuntó que si bien las cifras oficiales reflejan un incremento, la realidad es que existe un subregistro.
“Ha habido un aumento significativo de casos, especialmente en las últimas tres semanas, y estoy convencido de que son números muy superiores a los reportados (...) Si se produce una nueva ola, como parece ser, estamos en presencia de la variante Ómicron, que se encuentra en Venezuela, por lo menos, desde diciembre del año pasado, y es posible que existan distintos tipos de mutaciones de la misma”.
Oletta reveló que en abril de 2022 se cumplió un año de ausencia de cifras sobre las pruebas rápidas o PCR que se realizan en las instituciones públicas del país.
“Eso indica la falta de transparencia, y por supuesto, las dificultades de conducir una pandemia sin números que revelen el impacto sobre el sistema de salud y la carga de la enfermedad sobre la población”.
Algunas proyecciones internacionales aseguran que en Venezuela al menos 10 millones de personas han sufrido la enfermedad. Según los reportes gubernamentales, hasta el 10 de julio se han acumulado 528 mil 292 contagios.
“Cualquier médico en su actividad privada o pública al detectar cualquier caso con sintomatología de Covid debe notificarlo. Si el Estado no obliga a realizar ese proceso, el caso pasa desapercibido y por lo tanto no hay estadísticas”, dijo Oletta.
El presidente de la Sociedad Venezolana de Salud Pública destacó que una de las fallas fundamentales en la actualidad es la falta de información y promoción de las vacunas.
“Si no se promueve la vacunación entonces las personas lo olvidan. Eso multiplica las dudas y la incertidumbre que mucha gente puede tener. Es necesaria una campaña activa”.
A pesar de la disminución de la letalidad, el repunte de casos puede provocar una nueva emergencia. El hecho que una persona haya sido contagiada anteriormente con otras variantes del Covid (Alpha, Gamma, Delta y Mu), distintas a las nuevas subvariantes del Ómicron, no significa que esté exenta de un segundo o tercer episodio de la enfermedad. El otro punto que subraya Oletta, es la necesidad de completar los esquemas de inmunización porque la efectividad de la vacuna se pierde con el tiempo.
“De hecho, se ha evidenciado en estudios que, dependiendo del tipo de vacuna, se pierde entre 3 a 4 % de efectividad cada mes. Es importante señalar que muchas de las formas (variantes) del Covid-19 son indistinguibles en síntomas a los de una gripe o resfriado, conocido como un cuadro respiratorio agudo superior”.
Alejandro Crespo, médico pediatra y presidente de la Asociación Venezolana de Puericultura y Pediatría del estado Aragua, coincidió con Oletta en que los bajos porcentajes de vacunación exponen a la población. Alertó que la pandemia no ha terminado y potencialmente sigue siendo una enfermedad que puede llevar a la muerte, sobre todo, a pacientes con comorbilidades como hipertensos, obesos, diabéticos, y personas con enfermedades de base graves así como los adultos mayores.
“Tener un porcentaje de vacunación incompleta no está bien cuando en el resto del mundo estamos observando la aprobación, incluso, de una cuarta dosis, y que en algunos otros países existe la posibilidad de vacunarse desde los seis meses de vida. En el caso venezolano, se puede aplicar desde los tres años”, dijo.
La vacunación definitivamente no disminuye la cantidad de casos de Covid de manera significativa, pero sí evita la enfermedad grave, así como la posibilidad de estar hospitalizado y el riesgo de muerte. De cualquier modo, aún queda por ver el comportamiento y la incidencia de la nueva ola que ya ha comenzado a avanzar en el país.
Caracas / Rodolfo Baptista / Rafael Arias
