“Ahora estamos en un período de ‘reformateo’ del diálogo de México para incluir a más sectores, para que toda la vida nacional se sienta incluida y expresada en estos mecanismos de diálogo”, aseguró este lunes la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez durante el acto de instalación del Foro de Diálogo Social, realizado en Caracas.
La Mesa de Negociación en México fue suspendida hace seis meses, luego de que el propio Gobierno se retirara. Ahora vuelve a hablarse de negociaciones, pero en un contexto distinto, y con actores diferentes.
“La palabra diálogo social apela a un aspecto muy importante en la vida nacional, que es la necesidad de que los venezolanos nos encontremos en la diversidad, con respeto, con tolerancia”, agregó Rodríguez durante el foro, en el que estuvieron presentes más de 120 voceros sindicales y representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
No es la primera vez que el tema del diálogo salta a la palestra pública en el último mes, ni tampoco la primera que el madurismo habla de una reformulación de las conversaciones.
El pasado miércoles 20, el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Jorge Rodríguez, aseguró que en el país existe un proceso de “diálogo en evolución” con distintos representantes de la oposición. Un anuncio, que como en otra oportunidades, no fue validado oficialmente por el antichavismo.
“El mismo presidente Nicolás Maduro convocó a las distintas fuerzas políticas que hacen vida dentro de la oposición venezolana para tener un contacto directo”, aseguró el jefe del parlamento.
Diálogo Tripartito El Foro Social realizado este lunes en Caracas, sirvió para reinstalar el llamado Diálogo Tripartito -después de años de omisión por parte del chavismo. La tripartita -conformada por representantes de los trabajadores, sector patronal (Fedecámaras) y Gobierno buscará resolver temas laborales y salariales. La propia Organización Internacional del Trabajo (OIT) que participó del evento propuso crear mesas técnicas para hacer seguimiento al dialogo tripartito.
Para especialistas y politólogos consultados por El Tiempo, la estrategia del Gobierno de reunirse con sectores sociales busca mostrar un talante menos totalitario y más dispuesto a abrir espacios democráticos, para ganar credenciales de cara a una eventual flexibilización de las sanciones económicas y apoyo electoral para 2024.
Sin embargo, ello no significa que vaya a sentarse de nuevo en México, algo que en este momento no le interesa, al menos no con una menguada oposición, proveniente de los partidos del G-4.
El politólogo Daniel Santolo también cree que solventar el tema de las sanciones, sobre todo las referidas a la industria petrolera, es el principal objetivo del Ejecutivo al momento de alentar los intentos de diálogo. “Ya ellos consiguieron una vía de entendimiento con los Estados Unidos”, agregó.
Pero, por otro lado, apunta que, a lo interno del país, el Gobierno sigue su juego de ‘divide y vencerás’.
“Un día (Maduro) convoca al Foro Cívico, al otro día convoca a algunos alcaldes, se reúne con los gobernadores y así sucesivamente, haciendo reuniones con sectores, porque, de esa forma, aparenta frente al mundo que es un Gobierno, amplio que conversa, aunque esas conversaciones no resuelven en verdad el problema político”, dice.
A juicio de Santolo, el madurismo siente que no necesita sentarse con la oposición que representa Guaidó y el G4, porque esta no tiene fuerza, no moviliza, ni representa una expectativa de cambio a futuro.
“Muy por el contrario, el Gobierno se siente consolidado. Mal que bien, ha resuelto algunos problemas y ve que no necesita, por ejemplo, ir a una negociación en México. No creo que se vaya a sentar en México con ningún sector de la oposición, o ninguna otra parte, porque ya tiene un mecanismo de negociación que apunta a resolver las sanciones. El lobby que están haciendo en Estados Unidos con las empresas petroleras pareciera que le está dando resultados”, acota.
Subraya Santolo que, ante la franca debilidad y la atomización de la oposición, el Ejecutivo se aprovecha haciendo reuniones por sectores. “Por ejemplo, en la reunión de este lunes 25 con el Foro de Diálogo Social, el Gobierno abrió las puertas para que todos los sectores sindicales del país participaran”.
Desde la trinchera de la oposición, las reuniones pueden ser vistas como una tentativa más realista para promover un cambio político -ya lejos de las aventuras de una salida por la fuerza. Pero también, conlleva la posibilidad de que se termine por “normalizar” y darle fuerza el estilo de gobierno madurista.
Al respecto, el politólogo Ricardo Sucre, en un artículo de opinión publicado en un portal web, advierte que el problema no sería tanto la “normalización” de Maduro -ya que este tiene tiempo “normalizado”-, sino hacia dónde conduce la “normalización”.
“Efectivamente, el sistema político chavista puede engullir a la sociedad civil y la función de ésta será moderar cosas del Gobierno, pero sin cambiarlo. Pero también (el objetivo) puede ser moderarlo para que juegue a ciertas reglas que produzcan un cambio de Gobierno dentro de una competencia en desventaja, pero que el Psuv pueda perder”.
En otras palabras, Sucre advierte que la sociedad civil puede actuar para que “los dados estén menos cargados a favor del Ejecutivo” desde el punto de vista institucional, y aún con dados cargados, “pierda y lo acepte”.
“Hoy es difícil pronosticar si el Foro Cívico será fuerza para el status quo o si será, como se define, un ‘realismo radical’, para un cambio de Gobierno con reglas menos desiguales”, advierte. En este punto, solo el tiempo podrá decirlo.
Caracas / Rodolfo Baptista