Más de 60 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) criticaron que «agencias y mecanismos» de la Organización de Naciones Unidas (ONU) «contribuyan» con una «falsa» imagen de mejora en materia de derechos humanos en el país, en una carta, difundida este martes, al secretario general de esta organización, António Guterres, a quien expresaron la «necesidad» de reorientar la «visión del trabajo» hacia la nación.
En la misiva, las oenegés aseguraron que «el Estado» venezolano «avanza» en una «falsa narrativa» de «supuesta cooperación y mejoría» en la «situación humanitaria, de derechos e institucional», lo que «invisibiliza el sufrimiento de millones» de venezolanos que «atraviesan una emergencia humanitaria compleja» y de los migrantes, y «dificulta el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil».
Por esta razón, expresaron en la carta su «preocupación» ante «actuaciones de distintas agencias y mecanismos de la organización» internacional que «contribuyen a esta imagen».
A su juicio, la política que se ha aplicado «en el trabajo de la ONU en Venezuela, basada en la necesidad preponderante de mantener relaciones amistosas con distintos entes gubernamentales, ha comprometido la credibilidad de la información publicada», la «independencia con la que la organización puede pronunciarse ante ciertas situaciones» y el «cumplimiento del mandato» de mecanismos.
Afirmaron que la actuación de la ONU en el país «debe estar orientada, sobre todo, a velar por el máximo estándar de goce de derechos para todas las personas», por lo que sus esfuerzos «deben abocarse primero a la población» y la «búsqueda de justicia para las víctimas de graves violaciones» a los DD.HH.
«Para realizar estas aspiraciones, es necesaria una diplomacia efectiva y coordinada desde la organización», dijeron las ONG.
Por tanto, solicitaron, entre otras medidas, «procurar que la actuación de las distintas agencias y mecanismos sea complementaria, coherente y coordinada» y «priorizar la atención humanitaria de la población en el terreno», además de «atender a la población migrante y refugiada venezolana».
Estas organizaciones también pidieron a la ONU, en la carta difundida este martes, monitorear la «situación de libertades democráticas y derechos humanos» en el país y «pronunciarse oportunamente» sobre este asunto ante los venideros períodos electorales, entre ellos el de las presidenciales de 2024, para cuando prevén un aumento de la «represión y persecución».
En la misiva, subrayaron la necesidad de «mantener el escrutinio sobre el Estado» venezolano no solo el próximo año, sino también en 2025, para cuando están previstas las elecciones parlamentarias, regionales y locales.
«El cumplimiento e implementación de las recomendaciones de mecanismos especializados debe ser la medida para evaluar el avance de la situación en materia de derechos civiles y políticos», dijeron en la carta.
En este contexto, también solicitaron a la ONU «velar por la protección del espacio cívico y denunciar las amenazas a personas defensoras» de DD.HH., «periodistas, disidencia política, liderazgos indígenas, gremiales, sindicales, estudiantiles, entre otros».
Aseguraron que la «represión y persecución aumentan en períodos preelectorales y electorales», por lo que el equipo de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) «debe acelerar la adopción e implementación de un marco de protección de respuesta rápida para personas en riesgo de persecución».
En esta misma carta, criticaron que «agencias y mecanismos» de la ONU «contribuyan» con una «falsa» imagen de mejora en materia de derechos humanos en el país, por lo que expresaron a Guterres la «necesidad» de reorientar la «visión del trabajo» hacia la nación.
Venezuela tiene previsto celebrar las presidenciales en el segundo semestre de 2024, como acordaron el chavismo y la oposición el pasado octubre en Barbados, donde firmaron un «acuerdo parcial sobre la promoción de derechos políticos y garantías electorales para todos», que contempla, entre otros puntos, la observación internacional.
Caracas / EFE