Damian Lillard y Portland Trail Blazers parecen tenerle tomada la medida al Oracle Arena de Oakland y lo volvieron a demostrar con su último asalto al fortín de unos irreconocibles Golden State Warriors, que sumaron su segunda derrota en casa consecutiva al caer por 109-110 en la prórroga.
Un tiempo extra que llegó tras una canasta estratosférica de Kevin Durant (segundo triple-doble de la temporada para él con 26 puntos 11 asistencias y 10 rebotes), pero que sólo sirvió para alargar la agonía de Warriors que no carburan y que suman ya 13 derrotas en los dos meses que llevamos de curso NBA.
Lillard, nativo de Oakland, se fue hasta los 12 puntos (siete de 20 en tiros de campo) frente a un buen número de familiares y amigos a los que a falta de 6,2 segundos para el final de la prórroga les dedicó el triple lateral que supondría el triunfo de los de Oregón.
Durant tuvo la oportunidad de dar la victoria a Golden State, pero el alero falló sobre la bocina, confirmando la mini crisis que se ha instalado en la Bahía. "Tengo que meter esos tiros. Es así de sencillo", aseguraba el alero tras el choque, entonando el 'mea culpa' por la derrota.
Sin embargo, el alero no fue el principal culpable. Stephen Curry se vio claramente superado por su hermano Seth (anotó tres triples consecutivos en el último cuarto) y Klay Thompson continuó con sus problemas en el lanzamiento y terminó con un pobre seis de 19 en tiros de campo. Fue el mejor reflejo de un equipo que firmó un pobre (e inusual) seis de 15 en tiros libres.
El pívot bosnio Jusuf Nurkic fue el mejor jugador de Blazers al terminar con un doble-doble de 27 puntos y 12 rebotes, mientras que CJ McCollum finalizó con 24 tantos para regalar la victoria a su entrenador Terry Stotts, que superó a Rick Adelman como el segundo técnico con más triunfos en la historia de la franquicia (292).
Oakland / Diario Marca.
