Habitantes del sector Chupulún, ubicado en la zona rural del municipio Juan Antonio Sotillo, en el estado Anzoátegui, exigen a las autoridades competentes que mejoren algunos servicios públicos, entre ellos, la distribución de agua potable y las condiciones de la vialidad.
"Aquí tenemos muchos problemas pero los principales son el mal estado de la vía y que no recibimos agua por tubería. Existe una tubería hasta cierto punto de la entrada, de ahí uno pegaba la bomba y con mangueras enviábamos a las casas más cercanas, pero tiene más de 15 años que no sale nada. Es necesario que se aboquen a instalar una red y que nos surtan a todos", pidió Ángel Villarroel.
Ante esta situación, algunos residentes de la parte baja de la comunidad alegaron que a veces se benefician del aljibe de un vecino de otra calle, a quien le pagan un pequeño monto como colaboración para recargar sus tambores. Sin embargo, por la distancia, no todos pueden optar por esta alternativa, por lo que la mayoría camina al río para abastecerse.
"Cuando se acuerdan, de la alcaldía también nos manda un cisterna de agua gratis pero sólo nos permiten recargar durante tres minutos, que eso es nada. En mi caso, el tanque se encuentra en la parte de atrás de la casa y cuando prenden la bomba, los tres minutos se van en el recorrido de la tubería hasta el patio, cuando apagan y voy a ver, el tanque sigue vacío. Yo vivo con dos ancianos, de 86 y 97 años de edad, y a veces no sé cómo hacer, sin agua", relató Villarroel.
Al ser consultado si las cisternas privadas visitan la comunidad para ofrecer el servicio, Villarroel manifestó que sólo van cuando los llaman de manera puntual y tienen que cancelarles todo el contenido. Al parecer, el año pasado la bomba completa salía en $60.
Para paliar el desabastecimiento del recurso hídrico, Nancy Rangel comentó que en su caso opta por irse a casa de una hermana en el sector Pozuelos de Puerto la Cruz a lavar la ropa, pero su hija se va hacia el río.
"Por mi edad ya no puedo irme a lavar al río o la quebrada, son 68 años, el almanaque pega. A veces cuando tenemos crisis de agua hasta para beber, que el muchacho del aljibe no tiene, mi hija sube a la parte más arriba del río, por donde no se baña nadie, para agarrar agua para beber y cocinar", declaró Rangel.
La vialidad de esta comunidad rural se encuentra totalmente deteriorada / Foto: Juan Rojas
En cuanto a las condiciones de la vialidad, Rangel dijo que es necesario que se lleve a cabo un proyecto para evitar que la quebrada se desborde hasta la calle cuando llueve y se realice un trabajo de asfaltado.
"Yo tengo 34 años viviendo aquí. La calle cambió un poquito en una época, no recuerdo quién estaba de turno, en ese entonces le echaron una agüita de asfalto, pero después, con la lluvia, se desbordó la quebrada y eso provocó que se dañara todo, más nunca le han hecho un cariñito. Hace poco un vecino, que tiene una retroexcavadora, sacó relleno de su casa y lo colocó en la entrada, porque para acá no podía pasar un carro por las malas condiciones", destacó Rangel.
Es por ello que para mejorar esta situación, Rangel cree que es necesario que se realice un trabajo de embaulamiento de la quebrada para luego pavimentar.
Cuando llueve, con una lancha tranquilamente puedes pasar mientras baja la quebrada, que tarda como hora y media en disminuir su nivel. El agua te llega hasta la mitad de la pared, por aquí hemos tenido dos temporadas de damnificados motivado a la quebrada", recordó Rangel.
Según la también vecina, Josefina González, existe un proyecto para la distribución de agua por tubería, el cual ha sido tratado en reuniones con los líderes de la comunidad, pero hasta ahora no se ha concretado ningún avance.
"Yo tengo como 15 años viviendo aquí y hemos escuchado puras promesas, porque nada se cumple. Cuando llueve esto se llena hasta arriba, muchos hemos sido afectados, unos más que otros. Con respecto al agua, en verano se nos hace bastante difícil, en invierno es que tenemos agua de lluvia, no es fácil. Vamos al río, que nos queda lejos, a lavar y para el consumo nos dirigimos hacia las quebradas buscando el agua de los manantiales, corriendo riesgo. Ojalá se concreten todos los proyectos que se han planteado", solicitó González.
Por otro lado, en la comunidad aprovecharon de solicitar que también mejore la recolección de los desechos sólidos, pues desde diciembre esperan que pasen los camiones.
La mayoría de los vecinos aseguró que decide quemar la basura para evitar la proliferación de moscas y roedores en sus viviendas.
"Ellos venían los martes y se metían por toda la calle, pero tenemos dos meses esperando. Yo optó por quemarla, como la mayoría de los vecinos", mencionó Villarroel.
Sin embargo, Rangel mencionó que cuando su hijo no puede llevarse las bolsas para botarlas en otro lugar debe acumularlas, porque por problemas respiratorios no puede prenderles fuego.
Chupulún / Elisa Gómez