En función de esa preocupación, hoy se celebra el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, conmemoración que, formalizada como una fecha oficial de la ONU, se recuerda el 15 de junio de cada año, con el objetivo de concienciar y denunciar el maltrato, el abuso y el sufrimiento a los cuales son sometidos muchos ancianos en distintas partes del mundo, informó La Nación.
Esta conmemoración fue iniciada por la Red Internacional para la Prevención del Abuso de Ancianos en 2006, y posteriormente reconocido como tal, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en resolución que data de 2011.
Es una efeméride emblemática, que invita a la sociedad en general a respetar y hacer valer los derechos que tienen todas las personas mayores a gozar de una vida de calidad, donde el abuso, el maltrato y el abandono no sean permitidos ni aceptados en ningún país del mundo.
La vejez está referida a la última etapa de vida de las personas de la denominada tercera edad, la cual, comienza a los 65 años de vida. En esta etapa vital se inician los cambios mentales y físicos progresivos, propios de la edad, en un proceso que es irreversible, y que concluye con la muerte.
Actualmente puede apreciarse como muchas personas llegan a la vejez, con una muy precaria calidad de vida. Muchos terminan abandonados o sufriendo maltratos de toda índole, debido a su estado de invulnerabilidad, en los lugares a los que son llevados por sus familiares, cuando ya no pueden hacerse cargo de ellos.
Por tal razón, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó la creación de esta efeméride el 15 de junio de 2006, con la intención de hacer reconocer y valer los derechos de todas las personas que han llegado a la vejez.
Por otra parte, impacta además de los niveles de pobreza y discriminación hacia las personas de la tercera edad, lo concerniente a la atención y asistencia médica, así como el acceso a los servicios de salud esenciales, especialmente en países en desarrollo.
Un alto porcentaje de mayores de 70 años no tienen acceso a la seguridad social, al sistema de pensiones y de jubilaciones, así como otros ingresos económicos que les permita disponer de una mejor calidad de vida.
De acuerdo con información oficial de la ONU, este año, la conmemoración coincide con dos eventos importantes: El primero es el inicio de la Década de las Naciones Unidas para el Envejecimiento Saludable (2021-2030). lo que marca el comienzo de diez años de colaboración concertada, catalítica y sostenida entre diversas partes interesadas, para mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y sus comunidades.
El segundo, es el vigésimo hito de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento y la cuarta revisión y evaluación de la implementación del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento. Estos brindan la oportunidad de generar un impulso renovado a la acción internacional para avanzar en la agenda del envejecimiento.
El citado Plan de Acción representa la primera vez que los gobiernos acordaron vincular las cuestiones del envejecimiento con otros marcos para el desarrollo social y económico y los derechos humanos. Los 159 Estados miembros que signaron el Plan, reafirmaron el compromiso de no escatimar esfuerzos para proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo.
Esta complementariedad entre el Plan y un marco de derechos humanos, se puede mostrar fácilmente en el área del maltrato a personas mayores. Allí se incluye varias referencias al abuso de personas mayores, en especial en el “Asunto 3: negligencia, abuso y violencia”, que establece dos objetivos relacionados con la eliminación de todas las formas de negligencia, abuso y violencia de las personas mayores; así como la creación de servicios de apoyo para abordar el maltrato a personas mayores.
Ambos objetivos incluyen acciones de revisión de políticas, promulgación de leyes e iniciativas de sensibilización, información, capacitación e investigación. Sin embargo, en ausencia de un estándar internacional sobre los derechos de las personas mayores, continúan las brechas entre la política y la práctica, y la movilización de los recursos humanos y financieros necesarios, así como el progreso desigual en la implementación del mencionado Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento.
San Cristóbal / Humberto Contreras / La Nación
