Flojo. Así describen su día a día los expendedores informales de alimentos en Puerto La Cruz. Manifiestan que los ingresos por las ventas que han hecho en lo que va de 2020 les han alcanzado apenas para cubrir gastos.
Los vendedores que se ubican en las inmediaciones de la plaza Bolívar precisaron que la afluencia de compradores ha disminuido en 80% aproximadamente, en comparación con diciembre pasado.
Atribuyen esta situación a la falta de poder adquisitivo de los venezolanos, pues el sueldo no les alcanza porque la hiperinflación devalúa rápidamente sus bolívares.
Johenny Montero tiene dos años vendiendo tequeños y refrescos en la calle Libertad de la ciudad portocruzana. Sin embargo, confiesa que está pensando en dejar el negocio.
“Ya no es rentable. Lo que gano apenas me alcanza para pagar los gastos que implica tener este puesto”, comentó.
Montero le paga mensualmente 900 mil bolívares a su ayudante, además de eso le garantiza el desayuno, el almuerzo y el dinero para los pasajes.
Adicionalmente cancela Bs 80 mil semanal en el estacionamiento donde guarda el “carrito”, y debe adquirir los productos para laborar.
El gasto diario que implica mantener su puesto y la mala economía en Venezuela ha provocado que al menos 6 vendedores de la zona, en el transcurso de un año, se hayan retirado de la actividad y emigrado a otros países.
“En diciembre lograba vender de 8 a 6 paquetes de tequeños, hoy sólo puedo expender dos”, detalló. Con respecto a los refrescos precisó que anteriormente salían 2 cajas de 24 unidades y actualmente sólo media caja.
“Y eso que este es un buen punto (calle Libertad) pero ya no vale la pena”, sentenció.
Puerto La Cruz / Andrea Aroca
