Tras el desbordamiento del río Unare, los afectados en más de 20 sectores del municipio Manuel Ezequiel Bruzual del estado Anzoátegui no sólo deben enfrentarse a la pérdida de sus enseres, sino también a la exposición a las aguas negras debido al colapso de muchos pozos sépticos.
Y es que el hedor a cloacas es los que se percibe al caminar por la mayoría de comunidades como Barrio Obrero, Los Cerezos, El Cedro, Casco Central, Los Altos de Clarines, Paso Real y Cruz de Belén, entre otros. En estos sitios el líquido, en algunos casos, supera el nivel de la cintura.
Por lo menos en Cruz de Belén, la situación se agudizó desde el miércoles, cuando creció más el río y afectó a un mayor número de viviendas que se mantienen entre aguas contaminadas.
Por otro lado, debido a la corriente de agua que atraviesa la vialidad, autoridades cruzaron varios mecates para que las personas pudieran sostenerse al caminar hacia los Altos de Clarines, donde permanecen algunas personas resguardando sus viviendas porque, supuestamente, ya se han registrado hurtos de techos y cables en las abandonadas.
Afectados
Milena Aquias, encargada del refugio, aseguro que en el sector Paso Real hay varias viviendas en las cuales se desplomó el pozo séptico debido a que fue socavado por la inundación del Unare, pese a las casas no han sido afectadas directamente por el agua, como sí le ocurrió a 40 familias de la calle El Río donde hubo pérdida total de enseres.
“Estamos esperando que supervisen la boca de salida del río hacia el mar para ver por qué no fluye con rapidez el agua, pues ahora se está estancando y la mayoría de los pozos sépticos se fueron”, mencionó.
Refugiados
En cuanto a los refugiados, Aquias señaló que sólo tiene a una mujer con cinco niños y dos adultos mayores, quienes resultaron afectados luego de que el convoy de la Guardia Nacional Bolivariana ya había realizado el traslado de la mayoría a uno de los albergues principales situado en el centro de Clarines.
“No me puedo quejar de las ayudas para los refugiados. La alcaldesa del municipio y el mandatario de El Tigre nos han apoyado con ropa, alimentos y colchonetas porque se los he solicitado”, aseveró.
Clarines / Elisa Gómez
