Transitar por la emblemática avenida Alcides “chire” Guevara, uno de los dos accesos viales a la parroquia Macarapana, se ha convertido en una verdadera tortura para conductores de líneas de pasajeros y particulares.
Desniveles, monte, tanquillas de aguas de lluvias sin tapas, basura, huecos, y una falla de borde producto de una crecida del río Chuare en 2022, obligan a los choferes a usar un solo canal, lo cual acrecienta el peligro, que se multiplica en las noches por la falta de iluminación.
Olis Barreto, vecina del sector Pdvsa, dijo que la carretera está intransitable, “hay un tramo que no se utiliza. Por aquí cerca ha habido varios choques. Una muchacha tuvo un accidente horrible allí, no hay iluminación de punta a punta”.
La vecina señaló que la doble vía es un peligro. “Por aquí no se dice nada de arreglos. Las luces las están poniendo hace seis meses. No sé qué pasa con los bombillos que llegan todos los meses. No han hecho nada”.
Criticó que los mismos habitantes del sector deben correr a poner arena en los huecos después que ocurren los accidentes.
Noelis Venales, otra residente, dijo que el peor peligro es la doble vía que deben usar los conductores por la falla de borde.
Simón González, conductor de la Línea Macarapana, señaló que aunque la vialidad interna de la parroquia no tiene tantos daños, la avenida está destrozada. “La avenida si está desastrosa, no sé cuándo van le van a poner un poquito de amor”.
Detalló que el tramo para subir está completo y viable, pero bajando está feo y llamó al gobierno a meter mano en el asunto.
Marcial Velásquez, de la Línea 8 de Julio, al contrario que su compañero de gremio, expresó que la vialidad tanto interna como la avenida están en mal estado. “Ya se han pasado cartas por todos lados y nadie responde”.
Precisó que algunas reparaciones que se han hecho han corrido por parte de las dos líneas que transitan por esa vialidad.
Freddy Márquez, de la Línea Macarapana, dijo que la vialidad de la avenida está hundida y sólo pueden usar un canal.
Bermúdez/ Yumelys Díaz