Para Luis Suárez y Uruguay, el Mundial de Rusia será una revancha.
Tras haber obtenido un destacado cuarto puesto en Sudáfrica 2010, Uruguay había viajado a Brasil con grandes ambiciones y confiado en el poder de su temible dupla ofensiva integrada por Suárez y Edinson Cavani.
Pero Suárez se lesionó poco antes del comienzo del Mundial y debió ser operado de una rodilla. En Brasil, se perdió el debut de la Celeste, y Uruguay cayó ante Costa Rica. Suárez volvió en el siguiente partido contra Inglaterra, y llevó a los suyos a una sensacional victoria 2-1 con dos goles de su propia cosecha.
En el siguiente partido, Uruguay logró vencer a Italia, otro grande del fútbol mundial, pero Suárez mordió al defensor italiano Giorgio Chiellini y fue expulsado en forma deshonrosa del Mundial.
Uruguay avanzó a octavos de final, pero la expulsión de su goleador había sumido al país entero en shock y la selección fue una pálida sombra en el partido de octavos de final en el que Colombia la venció 2-0 y la mandó de regreso a casa.
Ahora, con Suárez en su esplendor en el Barcelona de España y la promesa de una mejor conducta en las canchas, Uruguay espera tener un Mundial sin sorpresas desagradables y poder exhibir su verdadero poder futbolístico.
“Estoy en deuda conmigo mismo por cómo me fui del Mundial anterior. Fue un error mío”, dijo Suárez. “Ahora quiero disfrutar, preocuparme por jugar, por demostrar y no por protestar”.
Técnico de experiencia
Oscar Washington Tabárez dirigirá a Uruguay por cuarta vez en un Mundial. Ya estuvo al frente de la selección en Italia 1990, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Las tres veces logró que su equipo sorteara la fase de grupos y avanzara a octavos de final. En Sudáfrica consiguió el cuarto puesto.
Montevideo / Redacción