Un latinoamericano, venezolano resucitó la Triple Corona de bateo de las Grandes Ligas, luego de 45 años. Fue Miguel Cabrera, quien en la temporada 2012 desenterró lo que parecía algo imposible.
Para nadie es un secreto que el circuito peloteríl estadounidense ha evolucionado con el pasar de los años; es más especializado, técnico, competitivo, y por tal motivo este logro se convirtió en una hazaña, ya que se le negaba al béisbol actual.
15 jugadores han tenido el privilegio de conseguir la distinción ofensiva, pero ninguno, a excepción de “Miguelito”, lo posee contando con más de 500 jonrones, más de 3.000 hits y un average superior a .300 vitalicios.
En este 2022, cuando se cumplirán 10 años de haber conquistado el excepcional galardón y mismo periodo en el que firma su arribo al club de las tresmilésimas inatrapables, el maracayero inaugura un nuevo apartado para la historia.
Leyendas como Babe Ruth, Hank Aaron y Willie Mays, pese a que registraron dígitos históricos en sus carreras, nunca han combinado grandes cifras en una temporada para obtener la Triple Corona.
Cabrera, tras Carl Yastrzemski (1967), es el último beisbolista y único latino en ganar esa monarquía ofensiva, lo que todos los entendidos habían decidido sepultar en el baúl de los logros.
Sin embargo, en esa zafra 2012, el slugger de Tigres de Detroit cumplió con los requisitos solicitados para alzarse con el premio. Terminó la campaña con el equipo bengalí dominando los departamentos de promedio de bateo (.330), jonrones (44) y carreras impulsadas (139); las tres categorías deseadas por los toleteros.
MVP
Miguel Cabrera se constituyó en la zafra 2012 como el séptimo pelotero en la historia de las Mayores que, además de ganar la Triple Corona, se adjudicó el trofeo de Jugador Más Valioso de la Liga Americana (MVP por sus siglas en inglés). En ese periodo también conectó 205 hits y anotó 109 rayitas.
La mezcla de poder con el madero y la regularidad a nivel ofensivo lo situaron en una lista donde ya se encontraban míticos jugadores como Lou Gehrig, Rogers Hornsby y Ted Williams, estos dos últimos quienes lo consiguieron en par de oportunidades, en 1922 y 1925, y 1942 y 1947, respectivamente.
Pero, si bien en esa lista de 15 triple coronados es uno de los cinco más especiales, debido a que solo son los que cuentan con la cifra de 500 estacazos, como “Miggy” no hay nadie con los 3.000 imparables.
Ganar en una misma temporada las tres estadísticas más importantes de bateo y alcanzar el par de redondeadas responden a esa cualidad de consistente que posee el aragüeño de 39 años. El distinto del grupo.
Puerto La Cruz / Paúl Álvarez
