La hipertensión arterial es una patología que aqueja a 30% de la población de las Américas y, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el caso de algunos países, la estadística podría llegar hasta 48%.
Ante tal prominencia en la sociedad actual, cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión, para crear consciencia y fomentar acciones para su prevención.
“Una persona hipertensa puede llevar una vida totalmente normal, ya que a pesar de que esta patología es crónica, es decir para toda la vida, es perfectamente controlable”, expresó la internista Sabrina Perdomo, respecto a la patología.
Según sus declaraciones, más allá del tratamiento farmacológico, es vital hacer cambios en el estilo de vida. Iniciar actividades aeróbicas y anaeróbicas, implementar dieta dash o mediterránea, mantener un peso saludable y controlar niveles de colesterol y triglicéridos son algunas de sus sugerencias.
Además, recomendó el abandono del hábito tabáquico, consumo de alcohol crónico y manejo del estrés.
“Al ser indicado tratamiento farmacológico, apegarse al mismo y mantener sus controles hasta garantizar llegar a los niveles de tensión arterial óptima. Además de hacer seguimiento anual con el médico internista o cardiólogo”, agregó.
Perdomo, quien también funge como profesora universitaria de Medicina en la Universidad de Oriente (UDO), destacó que la presión arterial alta es una presión sistólica de 130, o superior, o una presión diastólica de 80, o superior, según la American College of Cardiology /American Heart Association (ACC/AHA).
Estos indicadores difieren de los de las sociedades europeas, que establecen como objetivo de presión arterial cifras de hasta 140/80 mmhg.
“Valores por encima de 130/80 mmhg o 140/80mmhg, según las diferentes sociedades, nos establece el Dx de HTA, siempre que esta sea tomada de forma apropiada y permanezca elevada en un número determinado de tomas”, explicó la especialista.
La residente de Lechería, en el estado Anzoátegui, aclaró que la hipertensión a veces es independiente de lo que llamamos “frecuencia cardíaca”, que es el número de latidos del corazón en un minuto, cuyos valores normales es de 60 a 100.
“Si el paciente nota una frecuencia cardíaca elevada o la misma es vista en consulta, lo aconsejable es realizar una evaluación completa que en alguna oportunidad ameritaría un Holter del Ritmo. Ese estudio monitoriza la frecuencia durante el trascurso de mínimo 24 horas, realizando así el diagnostico de arritmias o descartando la presencia de las mismas”, puntualizó.
Puerto La Cruz / Oriana García Rivas