Tanto perros como gatos son portadores de parásitos intestinales que ocasionan enfermedades que pueden ser zoonóticas, es decir, que se transmiten de animales a humanos.
Algunas de las patologías de este tipo y que se presentan con mayor frecuencia que otras, son la toxoplasmosis, toxocara y campylobacter.
Sin embargo, con la primera han surgido falsas creencias, a tal punto que han llevado a “satanizar” al gato, su principal huésped y transmisor. Así lo afirmó el veterinario Orvil Leiba.
“Me han llegado muchos pacientes preguntando al respecto, porque hay quienes piensan que el pelo del animal es la vía de transmisión”, agregó.
El profesional, nativo de Guárico, pero residenciado en Barcelona, Anzoátegui, apuntó que si bien cualquier mamífero puede contraer el parásito, que se aloja posteriormente en sus músculos, el gato es el único que puede expulsarlo por las heces.
De allí que una mala higiene después de tener contacto con el minino o al manipular su caja de arena, donde defeca, aumenta las posibilidades de contagiarse con el parásito Toxoplasma Gondii.:
Transmisión El parásito se introduce al organismo por medio de las vías digestivas, por lo que animales y humanos se contagian, regularmente, por el agua y los alimentos contaminados.
“El miedo más recurrente es con las mujeres embarazadas, pues la enfermedad puede afectar la gestación en el primer trimestre o al bebé, en el último”, mencionó Leiba.
Entre los peligros se encuentran el aborto, el desarrollo de hidrocefalia, problemas oculares, etc.
Leiba, egresado de la Universidad Rómulo Gallegos en el 2002, señaló que no es usual que animales y personas con esta enfermedad presenten síntomas.
No obstante, cuando se trata de casos graves, en los felinos suele generar llagas en la boca, diarrea o neumonía. Mientras que en humanos hay fiebre y dolores musculares.
“Hay que resaltar que en organismos sanos, el sistema inmunológico produce inmunoglobulinas que protegen de forma permanente, o sea, ante una futura exposición al parásito”, destacó el veterinario.:
Indicios Si en una prueba serológica se encuentran inmunoglobulinas M, eso quiere decir que esa persona contrajo el parásito recientemente. Mientras que las inmunoglobulinas G indican que ya estuvo expuesta y creó la inmunidad permanente.
Orvil Leiba resaltó que los gatos no deben ser “satanizados” por esto; al contrario, deben ser cuidados debidamente, a fin de evitar que contraigan la toxoplasmosis u otro tipo de enfermedad.
“Cuando están cachorros recomiendo desparasitarlos una vez por mes hasta que cumplan los seis o siete meses; vacunarlos, a partir de los dos meses y llevarlos a control veterinario, dependiendo de su condición física”, apuntó.
Aconsejó tratar de impedir que el animal salga de manera recurrente, ya que en la calle cazan ratones, pájaros e insectos. También, castrarlos para que sean más sedentarios y permanezcan más en casa.
Barcelona / Andrea Aroca