La capital nipona clausuró este domingo los Juegos Paralímpicos, un evento que ha salido adelante pese al enorme desafío que planteó la pandemia y que será recordado por los estadios vacíos y las fuertes restricciones para sus participantes, reseñó la agencia EFE.
Con la ceremonia de cierre que acogió el Estadio Olímpico de la capital nipona, Japón pasa la última página del capítulo de su historia reciente dedicado a los Juegos, una cita deportiva que ha estado marcada por la crisis sanitaria global.
Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020, que como su propio nombre indica debieron haberse celebrado el año pasado de no haber sido por la pandemia, tuvieron lugar tras meses rodeados de oposición ciudadana, dudas sobre su celebración y rompecabezas logísticos, y se despiden dejando un sabor agridulce en Japón.
Durante unos Juegos que han sido calificados como los más extraños hasta la fecha, la megalópolis nipona ha vivido prácticamente de espaldas al evento, celebrado en un formato burbuja que no ha permitido a los ciudadanos asistir a las competiciones, y mientras las infecciones de covid registraban cifras récord.
Pese a que no se permitía la entrada en las sedes deportivas y a la recomendación de las autoridades de permanecer en casa por la situación de los contagios, ha sido frecuente ver aglomeraciones de curiosos en torno a las competiciones y en los aledaños del Estadio Olímpico con motivo de las ceremonias de apertura y cierre.
El ambiente ha sido más frío si cabe en el caso de los Paralímpicos, que han recibido menor atención mediática que los Olímpicos y que estaban rodeados de mayor inquietud debido al riesgo que representaban los posibles contagios entre paratletas con patologías subyacentes.
Tokio / Redacción Web