Edmundo González Urrutia era, hasta el pasado viernes, un «hombre desconocido» para muchos, que solo veían en él un inofensivo aspirante provisional para las presidenciales venezolanas del 28 de julio, convertido ahora, tras la ratificación de su candidatura, en un personaje popular en redes sociales, donde numerosas cuentas pretenden suplantar su identidad.