En la naturaleza hay depredadores o presas, se caza o se es cazado. La existencia de ambos grupos determina el equilibrio de la cadena trófica, esa corriente energética y de nutrientes que se establece entre las distintas especies de un mismo ecosistema. Tanto el caimán del Orinoco como el sapito arlequín son depredadores y presas fundamentales para sus respectivas comunidades biológicas y, sin embargo, ambos están en riesgo de extinción. Pero no todo está perdido.