Desde el 2012 se dañaron las dos plantas de impulsión de aguas servidas de la urbanización Hato Romar, en el municipio Bermúdez del estado Sucre.
La consecuencia de esta falla es que en la actualidad la populosa zona de la parroquia Bolívar descargua sus desechos a un canal que va directo a la llamada salina de Playa Grande, y también pasan a las lagunas de Copey y Copacabana, donde se habla de proyectos turísticos.
José Vital, vocero del consejo comunal, explicó hace dos años que la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe) se llevó los equipos de las dos plantas para repararlos, pero es poco lo que se podrá hacer porque mientras no funcione el rebombeo de Playa Grande, no se normalizará la situación.
La vecina Marinés Ruiz dijo que no hay afectación en las viviendas, pero los malos olores y la putrefacción, sobre todo cuando hay agua por tubería, son insoportables.
Vital explicó que en las dos plantas se dañaron los equipos de control y luego una bomba se desprendió, se las llevaron para mantenimiento general, pero no han avanzado de allí.
Pobladores señalaron que el problema es del conocimiento de todos los niveles de gobierno y está reportado a través de la aplicación Venapp, del 1X10 del Buen Gobierno.
Ruiz señaló que cuando llueve, la urbanización se convierte en una cloaca al aire libre, y se magnifican las plagas y los derrames corren libremente por las calles.
“Tuvimos que hacer unas tuberías para liberar el desecho, porque se saturaba el sistema. Muchas veces cuando llueve, esto colapsa, porque hay mucha gente que conectó sus desagües al sistema”.
Sobre soluciones es poco lo que saben, sólo que deben esperar que se resuelva el problema de la planta de impulsión de Playa Grande, cuyo arranque volvió a fallar hace poco más de un mes, mientras los derrames en la parte baja de la población se han agravado.
El problema de las dos plantas de Hato Romar afecta a unas 1.180 familias que conviven con la contaminación ambiental.
Bermúdez / Yumelys Díaz
