Una tragedia familiar ocurrió este miércoles 1 de junio en la casa marcada con el número 12, en la calle 4, sector 1 de la urbanización Las Casitas del barrio Brisas del Mar en Barcelona.
Allí, un adolescente de 17 años, con síndrome de Asperger, fue estrangulado al parecer por su hermano Julián Emilio Ramos Hernández, de 22 años, quien sufre de esquizofrenia.
El presunto fratricida se entregó en la sede de la Inspectoría de Control de Actuaciones de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que queda a cinco casas de la suya.
Ramos Hernández, con heridas cortantes y superficiales en ambas muñecas, se entregó en el puesto policial, donde supuestamente le dijo a los funcionarios que él tenía previsto suicidarse. Y para no dejar desamparado a su único hermano, le había quitado la vida.
Uniformados de la PNB notificaron del homicidio al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Estos últimos hicieron una inspección en la escena del crimen y trasladaron el cadáver a la morgue del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), ubicado en la urbanización Tronconal III.
La mañana de este jueves 2, un hombre de pelo cano y de mediana edad, con el dolor reflejado en el rostro, cumplió con los requisitos para reclamar los restos de su hijo menor en la morgue forense.
Como era de esperarse, el señor no quiso dar declaraciones a los periodistas.
El hombre, al igual que su esposa, de profesión educadora, tendrán que sepultar al chico de 17 años, quien solía predicar en el Salón del Reino de Los Testigos de Jehová.
Y su primogénito, Julián Emilio, posiblemente sea recluido en un recinto carcelario para enfermos mentales.
Barcelona / Yraida Núñez
