Venezuela ha participado en ocho ediciones de los Juegos Paralímpicos. En Tokio 2020, que se inició este martes 24 de agosto y finalizará el 5 de septiembre, en esta nueva oportunidad –la novena- se presentará dispuesta a continuar sumando alegrías al país.
Desde su debut en el evento celebrado en Nueva York y Stoke Mandeville, en 1984, las diferentes expediciones criollas han totalizado en estos escenarios 17 medallas: una de oro, cinco de plata y 11 de bronce.
El primer nombre venezolano en subir al podio de una de las disciplinas de los JJ.PP fue Yolmer Urdaneta, quien en Barcelona 1992, en lanzamiento de disco (clase B2), logró la hazaña de que el país se estrenara con presea de bronce.
Tras no viajar a Seúl, en 1988, el equipo nacional reapareció en esa ocasión y de nueve atletas que llevó, Urdaneta fue el único que se pudo adornar el cuello.
El zuliano, quien siempre será recordado por convertirse, además, en tres veces campeón mundial y con récord latinoamericano (46,90 metros) en el lanzamiento de disco, también ocupó dos cuartos lugares en salto largo y 400 metros.
La tercera participación fue en Atlanta 1996, a donde Venezuela asistió con apenas cuatro deportistas hombres y no pudo obtener ninguna medalla. Fue la segunda y última vez en quedarse sin metales.
Tras la blanqueada en suelo estadounidense, la nación conseguió un nuevo colgante broncíneo en Sidney 2000. Ricardo Santana, uno de los para atletas más consagrados en la historia del deporte paralímpico nacional, fue el encargado de ganar el tercer puesto en atletismo (200 m T13).
Progreso
La expedición venezolana que dijo presente en la justa de Atenas, en 2004, concluyó con un resultado positivo, pues superó lo que había cosechado en los anteriores certámenes
Santana volvió a probar los sabores del éxito, ya que se pintó de plata (la primera para el país en su historia) en los 100 m T12. Además se adjudicó otra de bronce en la modalidad 200m T12. En equipo, junto a Odúver Daza, José Luis Villarreal y Aníbal Bello, fue de igual manera tercer lugar.
El avance de cada una de las delegaciones defensoras, conforme pasaba el tiempo, se hacía notar. El primer y hasta ahora único oro paralímpico que tiene la nación lo materializó la judoca Naomi Soazo, en -63kg, ganado en los juegos Pekín 2008.
Soazo se hizo acreedora de su más grande sueño, brillando así en el máximo evento de la dicha división. El himno de Venezuela sonó en tierra asiática por vez primera en unos JJ.PP, mientras la bandera tricolor se elevaba a lo más alto.
En esa misma edición, el atletismo continúo haciendo de las suyas y se alzó con otro metálico de plata, en el relevo 400x10 T11 y T13. Fernando Ferrer, Yoldani Silva, Ricardo Santana y Odúver Daza, estos dos últimos quienes eran ya conocidos, conquistaron ese segundo lugar.
También en los 400 m T46 y en el judo (-81kg) fueron merecedores broncíneos Samuel Colmenares y Reinaldo Carvalho, respectivamente.
Para Londres 2012 se alcanzaron dos terceros puestos (bronce). En el atletismo, Omar Monterola se subió al podio tras una destacada actuación en los 200 m T37, mientras que Marcos Falcón hizo lo propio en judo, en la categoría -66kg.
Firma histórica
La delegación venezolana, que defendió el tricolor nacional en Río de Janeiro 2016 (los últimos Paralímpicos celebrados) obtuvo la mejor cosecha de preseas en el haber del país como participante de la cita multideportiva, más allá de que no se consiguiera un colgante de oro.
Fueron seis las medallas sumadas en esa ocasión, superando los resultados de 2008. Sol Rojas (400 m T11 femenino), Luis Paiva (400m T20 masculino) y Omar Monterola, quien repetía la victoria, se alzaron con distinciones plateadas cada uno.
Por su parte, la gloriosa Naomi Soazo (judo -70kg), junto a Rafael Uribe (salto de altura T44) y Yescarli Medina (100 m T37) recibieron chapas broncíneas tras su sobresaliente desempeño en sus correspondientes disciplinas.
Tokio vuelve a encender su llama deportiva para que 98 países, distribuidos en 22 deportes, compitan en unos Juegos Paralímpicos de los cuales es sede por segunda ocasión, ya que se encargó de albergar la edición de 1960, la cual no tuvo la particularidad de ahora, de celebrarse en medio de una pandemia y con limitaciones en la presencia de público.
Puerto La Cruz / Paúl Álvarez