Rusia y Venezuela promovieron mecanismos financieros autónomos para defenderse de las sanciones occidentales y renunciar al dólar como moneda de pago en sus intercambios comerciales.
“Es la vía que nos permitirá derrotar la ilógica política de sanciones (…). Ambos países están sujetos a medidas coercitivas unilaterales que el poder occidental aplica a los países que no cumplen sus designios”, dijo Yván Gil, canciller venezolano, tras reunirse con su colega ruso, Serguéi Lavrov.
Durante la rueda de prensa conjunta, Gil subrayó que Moscú y Caracas “han estado creando un sistema autónomo que permite relanzar todos los aspectos del intercambio” económico y financiero.
Al tiempo que defendió esa nueva “arquitectura financiera”, demandó el “inmediato levantamiento de las sanciones contra todos los países, incluido Rusia y Venezuela”.
“Vamos avanzando a pasos muy importantes”, explicó el jefe de la diplomacia venezolana.
Recordó que el sistema de pago electrónico ruso MIR “está funcionando ya en todo el territorio nacional”, donde cuenta con más de 79.000 terminales.
“Casi el 40 % de las terminales tienen ese sistema. En las zonas turísticas, su presencia es del 100 por cien”, dijo.
Al respecto, Lavrov aseguró que ambos países conceden una “gran atención” a eludir las sanciones adoptadas contra ellos por Estados Unidos y sus aliados occidentales, y que Moscú apoya a Caracas en su aspiración a reforzar su soberanía nacional.
Esa política incluye renunciar al dólar -un proceso que consideró “imparable”-, la cooperación entre los bancos centrales y la apertura de cuentas corresponsales.
Precisamente, recordó que el grupo BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) encargó en su última cumbre de agosto a sus ministros de Finanzas que presenten “formas de pago alternativas” a la divisa estadounidense.
En ese sentido, Gil insistió en que el objetivo de rusos y venezolano es “protegerse del uso de la hegemonía del dólar como medida de presión política contra nuestros gobiernos”.
A su vez, Lavrov destacó que ambas partes han acordado “medidas prácticas” para incrementar el comercio y la inversión bilateral, dada la gran cantidad de proyectos conjuntos en materia de energía, tecnología, medicina y agricultura, entre otros.
El jefe de la diplomacia rusa describió como “útiles” y “sustanciosas” las conversaciones con Gil, a cuyo país definió como “un amigo” tanto en América Latina como en el mundo.
Lavrov constató la mejora de las comunicaciones entre ambas partes, especialmente con la Isla Margarita, uno de los principales destinos turísticos para los rusos, lo que también incrementará los contactos empresariales.
Además, apoyó el proceso de normalización política en Venezuela, que celebrará elecciones en 2024 con participación de la oposición, aunque insistió en que el diálogo debe responder a los intereses nacionales y excluir la injerencia externa.
En respuesta, Gil definió a su país como “el más estable” de todo el continente latinoamericano -cuya paz política consideró “ejemplar”-, gracias a la “ruta virtuosa” marcada por el presidente, Nicolás Maduro.
Lavrov dijo haber abordado con Gil los procesos de integración en América Latina, como ALBA y CELAC, y desveló que Moscú ha duplicado la cuota correspondiente a los estudiantes venezolanos -de 100 a 200- en las universidades rusas.
Al respecto, el canciller venezolano destacó que la economía nacional aumentó un 15 % en 2022 y crecerá este año, según las previsiones oficiales, otro 5 %.
A nivel internacional, el ministro ruso recordó que su país presidirá este año el BRICS, donde Venezuela, según Gil, quiere ingresar “lo antes posible” como miembro de pleno derecho.
Gil también trató con Lavrov la coordinación en el marco del Grupo de Amigos de la Carta de la ONU y la guerra en Ucrania, donde acusó a Occidente de suministrar constantemente armamento a Kiev lo que prolonga “artificialmente” dicho conflicto.
Moscú / EFE