Según el ex presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, Robert Lespinasse, la emigración de connacionales, que es la segunda a nivel mundial y representa a más de siete millones de personas, responde a un miedo tan intenso que conlleva a la huida, como última carta para preservar la vida, “a pesar de los riesgos”. Para los que se quedan aguardarían depresiones y crisis de ansiedad.
–Hasta octubre del año pasado 30% de los menores de 5 años en el país presentaban algún tipo de desnutrición, ¿cuáles son las secuelas para esta generación y sus efectos?
–Son muy graves pues además de ser niños de baja estatura y bajo peso, tendrán limitaciones en su desarrollo intelectual, lo que limita su desempeño escolar, su aprendizaje y su capacidad productiva; serán una carga social por sus limitaciones al menos por tres generaciones.
–Y ante el 90% de pobreza nacional, ¿qué provoca el hambre en la psiquis de la persona?
–Tristeza, impotencia, desesperación, gran frustración frente al aumento de las enfermedades carenciales (falta de vitaminas, minerales, proteínas), bajas defensas, deterioro físico y mental, muerte por inanición.
–¿Cuál es su percepción sobre la Venezuela de hoy?
–Un país desesperado, atemorizado, corrupto, cada vez más desesperanzado, que frente al miedo inducido que siente está huyendo con una mano delante y otra atrás.
–¿Cuál es el estereotipo humano más proclive a ser corrompido por el poder?
–Dale poder a un ignorante, sin valores ni principios y se convertirá en tu mayor incondicional y el mayor azote de los ciudadanos.
–¿Por qué un mandatario llega a tener tanta impopularidad siendo tan populista?
–“Tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe”. “Puedes engañar a todas las personas una parte del tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo”.
–Entre el dinero y el sexo, ¿cuál refuerza más una conducta?
–Dentro de la terrible corrupción que existe en el país se impone el dios dinero.
–¿Se comporta parte de la población venezolana similar al condicionamiento de Pavlov?
–Tenemos lo que han llamado una “crisis humanitaria compleja”; yo le añadiría también inducida a imagen y semejanza de Cuba.
–¿El perfil de un venezolano de finales del siglo pasado?
–Seducido, engañado.
–¿El perfil actual?
–Desesperado y frustrado por la corrupción.
–¿Qué ha significado la diáspora para el connacional?
–El miedo, la desesperación, la impotencia, frustración y pobreza extrema.
–¿Huye el que emigra?
–La emigración, que es la segunda mayor que está ocurriendo a nivel mundial, que representa más de siete millones de compatriotas, se debe a las respuestas al miedo, que al hacerse muy intenso provoca al igual que en todo ser vivo, la huida como último recurso para preservar la vida, a pesar de los riesgos.
–De quedarse en el país, ¿cómo terminará un venezolano renuente al sistema de gobierno?
–La mayoría, cada día más pobre, desnutrido, dependiente de la limosna que le impone la situación social inducida, más la hiperinflación y el desempleo.
–¿Una terapia colectiva?
–Psicoterapia para reconstruir y reforzar el yo, la confianza en sí mismo, la unión, la pérdida del miedo, la racionalidad.
–¿Una para la oposición que no negocia con el régimen?
–¿Dónde están? ¿Quiénes son? ¿Existen? Necesitamos la lámpara de Diógenes para encontrarlos.
–¿Una para la “otra” oposición?
–La psicopatía impera entre los políticos y es incurable.
–¿Un diagnóstico nacional?
–Miedo, depresión, ansiedad, pánico, corrupción galopante.
–¿Una cura?
–“Despierta y Reacciona”, no espasmódicamente, sino de manera persistente, continua, en sintonía con las clases más necesitadas, más desposeídas, con lenguaje sencillo y, claro, que sea entendible.
–¿Han aumentado las enfermedades mentales en el país?
–Como consecuencia de la hiperinflación, la pandemia, el gran desempleo, aumento de la pobreza, la pobreza extrema y la frustración. La desesperanza ha aumentado las depresiones, la crisis de ansiedad y los suicidios.
–¿Los nuevos disturbios psicológicos del venezolano?
–Por el éxodo de la población, que está entre 15 y 60 años, ha bajado la natalidad; la población se ha envejecido, nuestros abuelos están solos, lejos de sus seres queridos; los niños en el país padecen de desnutrición por la falta de alimentos y de recursos con que comprarlos, hiperinflación, desempleo de sus padres, aumento de enfermedades carenciales, deterioro intenso de los servicios asistenciales, educativos y servicios públicos cada día peores y más costosos. Tendremos un país deprimido, desesperanzado, enfermo y sometido.
–¿Y los de siempre que aún persisten?
–Se incrementarán exponencialmente.
–¿Qué no termina de aprender el connacional?
–Que los únicos que debemos y podemos resolver nuestros problemas somos nosotros mismos; nadie, ¡nadie! va a hacer algo por nosotros.
–¿Terminan los psiquiatras contagiados de sus pacientes?
–También los psiquiatras sufrimos lo que sufre el país.
–¿A quién o a qué sector acostaría en el diván?
–Al país entero.
–¿Está Venezuela a dos pasos de la locura?
–Ya esto es una locura; hace tiempo pasamos los dos pasos y muchos más.
–¿Un consejo para los que siguen viviendo en el país y no morir en el intento?
–“Despierta y Reacciona” (Juan Pablo II).
De perfil
Robert Lespinasse Zuloaga nació en Caracas el 25 de marzo de 1948. Estudió la primaria en el colegio El Pilar, en Maracaibo, y la secundaria con los padres salesianos en el colegio San Francisco de Sales, en Caracas. Es médico cirujano egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), con postgrado en Psiquiatría de ese mismo centro de estudios. Ha sido coordinador regional de programas de salud mental en la región capital, ex presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría entre 2011 y 2015. Se desempeñó como director de Salud de los distritos sanitarios No. 2 y No. 5 de la zona metropolitana de Caracas y director del Hospital Materno Infantil del Este. Actualmente conduce el Centro de Higiene Mental La Castellana, actividad que comparte como profesor de la Escuela de Medicina de la máxima casa de estudios.
Caracas / Jolguer Rodríguez Costa
