El año está a punto de culminar y para dar la bienvenida a un nuevo ciclo, en la intimidad de los hogares son varios los hábitos que se practican para atraer los cambios que se anhelan y que forman parte de los mitos y creencias, propios del arraigo cultural de los venezolanos.
En nuestro país existe un sinfín de rituales para despedir el año, que comienzan con la limpieza profunda del hogar, momento en el que se desechan las cosas que ya no son de utilidad y así dejar fluir las energías positivas, según expertos del Feng shui.
En medio de la cena y fiestas para recibir el Año Nuevo, previo al toque de las 12 campanadas, las 12 uvas del deseo toman protagonismo. Al consumir cada una de estas frutas se van visualizando las próximas metas a alcanzar, en medio de los recuerdos de los buenos y malos momentos y la alegría por el nuevo ciclo que empezará.
Hay quienes dedican unos minutos de silencio en honor a quienes ya no están físicamente. Otros se concentran en los coloridos fuegos artificiales y los brindis que acompañan los augurios de que “el Nuevo Año será mejor”.
Testimonio
Tomar las maletas y hacer un breve recorrido en la calle, es la práctica ejercida por muchos para atraer los viajes, una creencia que parece haber sido muy acertada para un numeroso grupo de venezolanos.
Es el caso de Reinaldo Sandoval, quien el pasado 31 de diciembre de 2017 salió con maletas en mano a dar unas vueltas por las calles adyacentes a su vivienda, situada en Puerto La Cruz, para pedirle a Dios la oportunidad de que se le “abrieran los caminos” para poder viajar fuera de las fronteras venezolanas.
Semanas más tarde, y presionado por la actual situación del país, se le presentó la ocasión de emigrar a otras tierras en busca de la estabilidad que deseaba para apoyar a su familia desde lejos.
Ritual de viaje
“Yo siempre me reía de eso de las maletas, pero ahora le tengo miedo porque sí funciona”, dijo Reinaldo, quien ahora reside en Perú.
“Recuerdo que siempre entre amigos y mis familiares tomábamos las maletas como broma y le seguíamos la corriente a nuestras abuelas. Pero tal vez la fe hizo que todo fuera posible y hoy estoy fuera del país haciendo realidad mis sueños”, expresó a través de una videollamada en la que mostró la maleta con la que hizo el ritual.
“Quiero regresar a esa Venezuela en la que crecí y en la cual veía a mis paisanos felices y no llenos de preocupación”, agregó.
De amarillo
Estrenar ropa interior de color amarillo es otra de las costumbres en la última noche del año para atraer la felicidad y el dinero. Hay quienes optan por comer una cucharada de lentejas como símbolo de prosperidad.
Las fiestas decembrinas, según los creyentes de los rituales, son propicias para evocar las buenas energías que acompañarán los deseos de los 12 meses por venir.
Barcelona / Maria F. Méndez