El desbordamiento del río Unare, así como sus lagunas y quebradas de alivio, que han afectado a cientos de familias del municipio Manuel Ezequiel Bruzual desde principios de octubre, también mantiene en alerta al personal del hospital tipo I Dr. Antonio J. Rondón Lugo de Clarines, puesto que el agua se acerca cada vez más a esas instalaciones.
Ante esta situación, la directora del centro, Loida Martínez, informó que desde este martes empezaron a reubicar, preventivamente, algunas áreas como la de sala de parto.
“Nos llamó la jefa del Instituto Anzoatiguense de la Salud (Saludanz), Zuilen Li, para que tomáramos las medidas preventivas, porque no íbamos a esperar que el agua llegara a la emergencia. Tenemos un plan A, B y C por si sube más el nivel”.
Según Martínez, la primera medida fue habilitar el área de quirófano del Centro Diagnóstico Integral (CDI) Hermanos Pasquier, con los equipos de sala de parto, para la atención especializada. Para allá también trasladaron a una embarazada, con todo el tratamiento médico que requiere para 10 días.
“De llegar un parto expulsivo, nosotros dejamos equipos acá en el hospital para atenderlos inmediatamente. Si sube el nivel del agua a la emergencia, vamos a habilitar la parte de Desarrollo Social, pero sólo para atender las estrictas emergencias. Si llegase a alcanzarnos el agua después, nos mudaríamos a la Casa de la Cultura”, resaltó Martínez.
Bruzual / Elisa Gómez