El reinicio del endurecimiento de las normas de la cuarentena, a fin de evitar la propagación del coronavirus, trajo confusión en parte de la zona norte de Anzoátegui.
En la madrugada ya estaban instaladas las alcabalas para controlar la circulación de vehículos y, en lo que respecta a Guanta, funcionarios de la policía local procedían a devolver a los conductores que se dirigían a Puerto La Cruz, Lechería y Barcelona. Según el oficial, no estaba permitido el acceso entre los cuatro municipios y quienes salían era a riesgo, toda vez que no les garantizaban el regreso.
Uno de los conductores a los ordenaron devolverse a sus casas, cuando clareó, se dirigió a los agentes para comentarles que necesitaba salir para echar gasolina y la respuesta que recibió fue que había sido un error y que podía pasar.
En la estación de servicio Copa, ubicada entre Guanta y Sotillo, la cola para abastecerse de gasolina llegaba casi hasta el cementerio. Allí, otra alcabala ejercía controles en ambos lados de la vía. En la redoma de Guaraguao había personas y carros retenidos.
Las busetas eran paradas y los pasajeros debían bajar. Luego no todos subían, pues nadie debía ir de pie. No faltó la charla, a cargo de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), sobre la necesidad de utilizar tapabocas y protegerse del virus. Más de un usuario tuvo que irse caminando
En Lechería se llevaban a ciclistas a la sede de la Policía Municipal de Urbaneja (Poliurbaneja). Quienes argumentaban que habían salido para comprar medicinas les comunicaron que debían cargar los récipes. En la sede policial también dieron la charla de rigor.
Guanta / Magda Llovera