Unos 200 detenidos iniciaron, este lunes, una huelga de hambre en el retén del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Barcelona para protestar por el hacinamiento y el retardo procesal.
Familiares que se abstuvieron de identificarse señalaron que en una sola celda están casi todos los reclusos, quienes duermen parados por falta de espacio. Allí, ellos mismos echan agua en el piso para mitigar el calor.
Aseveraron que la situación es diferente en el otro calabozo, donde están cómodos unos colombianos presos, al parecer por droga, y unos efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Parientes dijeron que hay arrestados que padecen dolores en la columna, lechina y sarna, y además tienen piojos, pero no los han llevado al médico.
“Hay un interno de 27 años que fue condenado a 14 años y seis meses por homicidio. Lleva nueve meses en el Cicpc y no lo han trasladado a la cárcel del barrio Puente Ayala” expresó un ama de casa.
Unos familiares de los reclusos quieren que los trasladen al penal u otro lugar de reclusión. Otros aspiran a que dejen a sus seres queridos en el Cicpc, pues de lo contrario tendrían que gastar más dinero en pasajes los días de visita.
Una doméstica relató que su hijo de 33 años lleva seis meses tras las rejas, procesado por robo agravado en el Juzgado 4 de Control del estado Anzoátegui. Indicó que tres veces ha sido diferida su audiencia por inasistencia del juez, fiscal o la víctima.
Un albañil refirió que su hijo, un mototaxista de 31 años de edad, tiene cuatro meses preso por robo con homicidio. Recordó en que en días anteriores le ha traído comida a su vástago, aunque no se la han entregado.
Los parientes llamaron por teléfono para solicitar la presencia de representantes de la Defensoría del Pueblo y de la Fiscalía Penitenciaria.
Barcelona / Yraida Núñez
