Por denuncias de corrupción que han salido a relucir, fricciones entre opositores, alianzas económicas entre funcionarios del régimen y directivos; así como engaños y aspiraciones de importar productos agroquímicos con sobreprecio, ha habido sorpresas luego de que el presidente encargado de la República, Juan Guaidó, cambiara a la primera junta directiva Ad Doc que había nombrado, en mayo de este año, para dirigir la empresa Monómeros Colombo Venezolanos S.A. filial de Pequiven ubicada en Barranquilla, Colombia.
Cabe recordar que a los cuatro meses de haber asumido el mandato constitucional, el jefe de Estado encargado sustituyó al tren gerencial de Monómeros, el cual era afecto al régimen de Nicolás Maduro, por un equipo de su confianza, encabezado por Jon Bilbao.
Este experimentado directivo del sector petrolero y despedido de forma irrespetuosa por Hugo Chávez a principios de este siglo, estaría acompañado por Carmen Elisa Hernández, José Alberto De Antonio, Yadid Jalaff y José Ignacio González. Todos estos nombramientos fueron autorizados y aprobados por la Asamblea Nacional, tal como lo establece la carta magna de nuestro país.
Sin embargo, el propio Guaidó volvió a modificar el tren gerencial de esta compañía, para algunos una verdadera joya, pues controla el 46% de la distribución de fertilizantes y el 70% de los agroquímicos usados en Colombia. Sus ingresos operacionales del año pasado fueron de $1,1 billones y cuenta con una nómina de 1.400 trabajadores.
Esta modificación agarró por sorpresa a empresarios colombianos y venezolanos, así como a todos aquellos que conocen el sector petrolero y petroquímico.
Una de esas personas sorprendidas es Ángel Salazar, delegado nacional de prevención y seguridad industrial del Sindicato Venezolano de Trabajadores de la Industria Petroquímica de Venezuela, quien señaló que resulta increíble, por decir lo menos, que después de que el gobierno de Colombia reconoce a Guaidó y permite que sus designados gerencien y operen la planta de Monómeros se decida sustituir a Jon Bilbao, quien había realizado un excelente trabajo logrando elevar de 40% a 100% la producción de esa empresa
“Ese incrementó lo logró en apenas seis meses, con lo cual contribuía a mejorar las finanzas de esta compañía catalogada como el segundo activo más importante de Venezuela en el extranjero, luego de Citgo. Todo este esfuerzo de Bilbao por ayudar a Guaidó y al país lo hizo a costa de sacrificios, pues inclusive debió sacar a su familia al extranjero para evitar represalias por parte del régimen. No es justo que se caiga en las mismas actitudes y prácticas deleznables que queremos erradicar sólo por el hecho de las divisiones e intereses que hay entre los distintos grupos opositores”.
Salazar aseguró que maneja informaciones según las cuales este cambio de Bilbao y su tren gerencial, por uno nuevo equipo integrado por Enrique Castells, Dich Souki, Fernando Goyeneche, Ricardo Echeverría y Roberto Arredondo, se debe a que aquel no se prestó para que algunos funcionarios de Maduro, en conchupancia con contratistas de Monómeros afectos al régimen, “le pusieran la mano a algún producto de Monómeros para traerlo a Venezuela y revenderlo a 5 o 6 veces por encima su valor. Como no permitieron estas prácticas, pues se les cambia. Lo grave es que estas modificaciones se hacen con la anuencia del Presidente interino y entonces uno no puede dejar de preguntarse si él sabrá el trasfondo de este cambio”.
A través de empresarios del sector petrolero, quienes prefirieron no identificarse, se pudo conocer que la modificación gerencial la hizo Guaidó por sugerencia del excandidato presidencial Manuel Rosales, y del constituyentista Elías Matta, quienes a espaldas del mandatario encargado actuarían bajo prebendas económicas y en concordancia con los intereses de un empresario de apellido Ortega, quien mantiene uno de los mejores contratos en Monómeros, el cual fue firmado días antes de que Guaidó hiciera el primer cambio de directiva. Este contratista formaría parte de un grupo en el cual se encuentra la compañía Opesco.
“Espero por el bien de nuestro país que Guaidó pueda remendar el capote y en un claro mensaje de quien impone las pautas, la gerencia removida sea restituida con sus atribuciones intactas”, señaló Salazar.