Una batalla se gesta entre el gobierno de Donald Trump y algunos de los partidarios más importantes del presidente en el Congreso, quienes se preocupan de que no sean suficientemente severas las sanciones que se reimpondrán contra Irán el próximo mes.
Mientras Trump se prepara para reimponer una segunda ronda de sanciones a Irán que fueron reducidas bajo el acuerdo nuclear de 2015, los legisladores conservadores y consejeros externos se han preocupado de que la administración no cumpla con su promesa de ejercer “presión máxima” contra Irán.
Los autonombrados halcones están lo suficientemente preocupados que escribieron una ley que requiera que la administración exija que Irán sea suspendido del sistema de transferencia bancaria internacional conocido como SWIFT.
“El presidente pidió presión máxima, no presión semi máxima”, dijo Richard Goldberg, un ex asesor de un senador republicano y principal consejero de la Fundación para la Defensa de las Democracias, un grupo que apoya castigar a Irán con sanciones. “La presión máxima incluye desconectar a los bancos iraníes de SWIFT”.
El jueves, Trump juró hacer lo que fuera para presionar a Irán a que pare lo que llama “conducta maligna”, como el desarrollo nuclear y misil, y apoyo al terrorismo y grupos que desestabilizan el Medio Oriente.
Las sanciones del 5 de noviembre cubren los sectores bancarios y energéticos de Irán, y reimpondrán sanciones para países y compañías en Europa, Asia y cualquier otra parte que no deje de importar petróleo iraní. También podrían incluir medidas para sacar a la fuerza a Irán de SWIFT.
A pesar de la postura de Trump, los halcones se preocupan por comentarios recientes del secretario del Tesoro Stephen Mnuchin y su equipo, que insinúan que Irán podrá mantenerse conectado a SWIFT; y de que la administración dé marcha atrás en su política tolerancia cero para compras de petróleo iraní.
Los partidarios del acuerdo de Irán argumentan que sacar a Irán a la fuerza de SWIFT, la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales basada en Bélgica, llevará a la creación de mecanismos alternos que podrían suplantarla como la institución líder global para que instituciones financieras envíen y reciban información de transacciones bancarias. También dicen que la expulsión complicará que Irán haga transacciones, como compras humanitarias, que seguirán siendo permitidas después del 5 de noviembre.
Washington /AP