Para conseguir un ciber en la ciudad de Barcelona hay que caminar bastante porque son escasos. Algunos, como el infocentro del lado de la Biblioteca Pública, ya no funcionan.
Según manifestaron sus propietarios, las fallas de conectividad, los costos y la reducida clientela han afectado la actividad de estos sitios, que hace años eran indispensables para navegar por internet.
Michel Machado, encargada del ciber ubicado frente a la clínica Zambrano, mencionó que por ser el único centro en la avenida Caracas reciben una buena cantidad de clientes. Incluso, cuando las 10 computadoras están ocupadas, las personas que llegan deciden esperar.
El trabajador señaló que solo dos cosas afectan la jornada laboral: la electricidad y la señal de Cantv.
“Siempre registramos caída de la conexión de internet, se pone lento, muchas veces no abren las páginas y eso nos perjudica. También ocurren cortes de electricidad con frecuencia, no puedo decir que a diario, pero sí ocurren, al menos una vez a la semana.”, apuntó.
Machado y otros trabajadores consultados coincidieron en que el método de clases virtuales, debido a la pandemia, les trajo buen negocio, ya que las personas solicitaban conectarse una hora o más para hacer investigaciones.
Allí, alquilar una computadora por 60 minutos cuesta 700 mil bolívares.
En el sector Buenos Aires, metros después de la sede de la Gobernación, la cantidad de clientes es menor. Al momento de la visita en el lugar, apenas dos de seis ordenadores estaban ocupados por clientes.
El trabajador del lugar Josué Rodríguez, manifestó, con desánimo, que así luce el lugar todos los días. “Dos o tres personas es lo que llega frecuentemente. Hay días en los que varía la situación ”, expresó.
En la calle Bolívar de Barcelona también ha sobrevivido un ciber y el movimiento era poco. Sin embargo, uno de sus trabajadores señaló que el número de personas varía durante las semanas de flexibilización.
Para aumentar el ingreso diario y completar para pagos de alquiler, en ese sitio ofrecen servicios como trámites fronterizos, copias, venta de chucherías y otros artículos. A veces también prestan apoyo para aceptar los bonos en el sistema Patria a quienes lo solicitan.
Los consultados manifestaron que, a diferencia de años atrás, las personas acuden a realizar acciones puntuales que superan no pasan de una hora. Visitar redes sociales y jugar en línea quedaron en segundo plano para los clientes , aseguraron los trabajadores.
Barcelona / Milena Pérez