El gobierno del presidente peruano Martín Vizcarra inauguró el martes la primera de cuatro bases militares en una zona de la Amazonía sureste, de donde desalojó hace dos semanas a miles de mineros ilegales que han deforestado los bosques tropicales convirtiéndolos en desiertos contaminados con mercurio.
El ministro de Defensa, José Huerta, dijo a la prensa desde un cuartel militar de la región Madre de Dios que se instalarán cuatro bases de “alta movilidad” dedicadas a proteger la Amazonía, un hecho inédito a nivel local en el uso de militares en defensa de bosques tropicales. “El gobierno ha tomado la decisión política de estar presente en esta región para erradicar la minería ilegal”, dijo Huerta acompañado de los ministros del Ambiente y del Interior.
Huerta comentó que para vigilar las miles de hectáreas deforestadas por la minería ilegal en esta región se usarán drones, imágenes satelitales y una nave militar para tomar fotografías aéreas. En enero el Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina, usando imágenes satelitales, calculó que la minería aurífera deforestó hasta 2018 más de 18.000 hectáreas en esta zona del país.
El ambicioso plan contra la minería ilegal iniciado hace dos semanas desalojó en un primer momento a miles de mineros que extraían oro desde hace una década cortando árboles y contaminando ríos y tierras boscosas con mercurio en una parte conocida mundialmente por su biodiversidad y ubicada cerca de la frontera con Brasil y Bolivia.
En medio del calor y de las inmensas lagunas color chocolate, probablemente contaminadas con mercurio, los soldados reconocen que lo más escaso allí es el agua para beber. La base se instaló en un campamento que hasta hace dos semanas miles de mineros llamaban “Balata”, pero que no existe en los mapas oficiales.
El gobierno envió motocicletas, cuatrimotos y un equipo de comunicación telefónica --así como de internet-- para que los militares estén conectados con sus centrales de Lima. Los soldados acomodaron sus camas y bancas en las tiendas de fibras sintéticas donde hasta hace dos semanas funcionaban bares y centros de acopio de oro que fueron fumigados por sanitarios para exterminar a pulgas y zancudos.
La ministra del Ambiente- Fabiola Muñoz- dijo que Madre de Dios es una zona de alta biodiversidad y que el potencial turístico es enorme- pero que “se ha explotado sólo un poquito”. Recordó que según datos oficiales, los turistas que visitan la Reserva Nacional de Tambopata “gastan más recursos que en Machu Picchu”, la ciudadela de piedra inca y el lugar más concurrido de Perú ubicada en la región Cusco.
Perú --al igual que Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil y Bolivia-- tiene diversos puntos en su territorio de donde se extrae oro de forma ilegal, lo que contribuye a la deforestación de la Amazonía. El alto precio de la onza de oro en el mercado de internacional estimula la búsqueda del metal dorado, según los expertos.
Perú ha impulsado desde 2010 diversos operativos contra la minería ilegal que han fracasado porque las fuerzas del orden no han permanecido en las zonas intervenidas. El país sudamericano es el principal productor de oro de Latinoamérica y el sexto a nivel mundial. Los expertos calculan que hasta el 25% de la producción de oro anual proviene de la minería ilegal.
Tambopata / AP