Un tribunal de Bagdad sentenció a muerte el domingo a tres franceses por ser parte del Estado Islámico, informó una autoridad iraquí. El veredicto provocó que volvieran a surgir interrogantes sobre la atención legal de miles de extranjeros que pertenecían al grupo extremista.
El funcionario dijo que eran tres de 12 franceses que las Fuerzas Democráticas Sirias respaldadas por Estados Unidos entregaron a Irak en enero.
Los acusados podrán apelar sus sentencias dentro de un mes, informó el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para hablar con la prensa.
El presidente iraquí Barham Saleh dijo durante una visita en febrero a París que los 12 serían juzgados bajo las leyes iraquíes.
Las FDS han entregado a Irak cientos de presuntos miembros del grupo extremista en meses recientes.
Los juicios de los franceses en Bagdad generaron la complicada pregunta de si los presuntos miembros extranjeros del grupo deberían ser juzgados y sancionados en el país por sus supuestos crímenes, incluso cuando hay serias dudas sobre la imparcialidad de las cortes en Irak y Siria.
Los miles de hombres y mujeres que llegaron de todas partes del mundo para unirse al autonombrado califato islámico se han quedado en el limbo tras la derrota territorial del grupo a principios de este año en Siria. Muchos de sus países de origen dudan en volver a aceptar a los ciudadanos que consideran que se fueron por voluntad propia para unirse al grupo extremista.
En marzo, el primer ministro Abdel Abdul-Mahdi reivindicó a la autoridad iraquí para juzgar a sospechosos extremistas detenidos en Siria porque “los campos de batalla eran uno”.
Los tres hombres son los primeros miembros franceses del grupo en recibir la sentencia de muerte en Irak. De momento no era claro cómo Francia, que abolió la pena capital hace casi cuatro décadas, reaccionará a la sentencia. Podría ser una prueba para ver cómo la comunidad internacional lidia con los extranjeros que permanecieron o se quedaron atrapados con el grupo Estado Islámico en sus últimos días.
Bagdad / AP