Un activista conservador de Estados Unidos se ha unido a un pastor evangélico venezolano para que un cargamento de medicinas valorado en unos 500.000 dólares llegue al país suramericano, sumergido en una profunda crisis.
Randy Brinson, un médico gastroenterólogo que se postuló sin éxito por el Partido Republicano para el Senado en 2017, dijo que el envío de dos contenedores de medicamentos y comidas listas para el consumo llegaría en enero gracias a un acuerdo negociado por el pastor Javier Bertucci con el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Bertucci, quien desafió a Maduro en la votación de mayo de 2018 boicoteada por la oposición -que dijo que la elección presidencial era una farsa-, estaba entre los políticos de pequeños partidos que hace pocos meses firmaron un acuerdo con el mandatario para tratar de poner fin a la profunda crisis política del país.
Ese grupo criticó las sanciones de Estados Unidos y promovió los esfuerzos de ayuda en la alguna vez próspera nación de la OPEP, donde seis años de contracción económica han llevado a millones de personas a emigrar y generado una creciente desnutrición infantil.
Los partidos de oposición que dominan la Asamblea Nacional presidida por Juan Guaidó, dicen que el acuerdo alcanzado por Bertucci y otros políticos con el gobierno ignora la voluntad de la mayoría de los venezolanos que quieren que Maduro se vaya.
“No importa cuál sea el panorama político, tenemos que encontrar una manera de salvar vidas dentro de Venezuela”, dijo por teléfono Brinson, quien planea pasar el fin de semana en el país.
Brinson dirige una organización sin fines de lucro llamada Redeem the Vote, que fundó en 2006 para registrar a los votantes religiosos estadounidenses.
Bertucci dijo en una entrevista el pasado jueves que los medicamentos se distribuirán a través de la red de médicos y voluntarios con los que trabaja en todo el país.
El Ministerio de Información de Venezuela no respondió a una solicitud de comentarios.
Brinson describió este envío de ayuda como una prueba y dijo que tenía planes preliminares para dos cargamentos más grandes.
Nueva York / Reuters