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Partidos opositores llegarán al 21-N debilitados entre ataques del Gobierno y proyectos personalistas

agosto 24, 2021
Expertos aseguran que los partidos que irán a las elecciones del 21-N “cambiaron las ideas por liderazgos”, imponiéndose las agendas particulares / Foto: Foco Informativo

La búsqueda de mejores condiciones para los comicios del 21 de noviembre, no sólo pasa por lograr un mayor control de los aspectos técnicos, la realización de auditorías y la observación electoral. En la opinión de expertos, existen desequilibrios dentro del escenario electoral venezolano que no pueden ser solventados en cuestión de meses, ya que han ido instrumentándose a lo largo de años, por lo que resultan difíciles de revertir.

Uno de estos puntos es el debilitamiento del pluralismo político y las limitaciones impuestas a los partidos de oposición, que se han visto reducidos a lo largo de la última década.

En medio de la pandemia y a tan solo semanas de las “megaelecciones”, el país irá a una consulta con toldas del antichavismo no sólo anuladas desde fuera por acción del Gobierno, sino que además han sido menguadas en su credibilidad y liderazgo interno, repitiéndose un escenario similar al de la elección de la Asamblea Nacional (AN) madurista de 2020.

“Por un lado hay un grueso de la población que está muy decepcionada de los partidos opositores, pero también ocurre que las opciones a elegir se limitan a los partidos del gobierno. Efectivamente hay un desgaste, y se debe a que las estructuras de los partidos, principalmente las regionales, también se encuentran descabezadas, ya que muchos de sus líderes regionales han tenido que irse”, detalla Alí Daniels, abogado, profesor de Derecho Internacional Humanitario y miembro de la ONG Acceso a la Justicia.

Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), la próxima consulta para escoger gobernadores, alcaldes, consejos legislativos y concejos municipales contará con una participación de 42 organizaciones con fines políticos nacionales y 64 partidos regionales, además de 18 agrupaciones indígenas (en total 124). La cifra se incrementó si se compara con la cantidad que se midió en las pasadas parlamentarias. 

En aquel momento se contabilizaron 30 organizaciones con fines políticos nacionales, 53 regionales y 24 organizaciones indígenas (107 en total).

“Para mí, los partidos políticos están bastante desprestigiados. Si, son un mal necesario para mantener la democracia y para el funcionamiento de la política, pero estos últimos 20 años les han quitado relevancia”, expresa Raquel Pantoja, quien de manera reiterada mantiene debates en las redes sobre temas políticos.

Sin embargo, la realidad es que las toldas opositoras se han visto reducidas o limitadas con los años. En 1998, cuando Hugo Chávez alcanzó la Presidencia del país, 22 organizaciones confrontaron la candidatura revolucionaria, (esta última estaba impulsada por el Movimiento V República y ocho agrupaciones más).

Según un informe elaborado por el Observatorio Global de Comunicación y Democracia, en 2012 se inició un proceso de debilitamiento del pluralismo político “sacando del camino” a organizaciones opositoras ante cada jornada comicial. Ese año se produjo la intervención, a través de sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), y el nombramiento de las directivas de los partidos Podemos y PPT previo a la elección presidencial. En ese entonces, ambas toldas habían anunciado su apoyo a la candidatura del opositor Henrique Capriles Radonski.

De cara a las parlamentarias de 2015 se repitió el procedimiento de intervenciones judiciales y el nombramiento de directivas en otras instancias partidistas, en este caso MIN Unidad, MEP, Copei y Bandera Roja.

Posteriormente se llevaron a cabo, de forma reiterada, la legitimación de partidos en medio de trabas, discrecionalidad y falta de transparencia.

Entre 2015 y 2018, mediante acciones del TSJ, fueron eliminadas 50 organizaciones políticas nacionales, quedando en este lapso 17 agrupaciones -12 del gobierno y cinco de oposición.

En 2017, el CNE convocó a la renovación de nóminas por parte de 59 partidos políticos que no obtuvieron el 1 % del total de votos válidos en las elecciones parlamentarias de 2015, así como las que no participaron en los dos eventos electorales inmediatamente anteriores.

Para 2020, toldas como Acción Democrática (AD) y Voluntad Popular (VP) se vieron intervenidas por juntas directivas impuestas a través de sentencias del máximo tribunal.

A juicio de Acceso a la Justicia, muchos partidos identificados con la oposición y que estuvieron presentes en los comicios de 2020, en realidad no representaron las fuerzas que adversan al gobierno, ya que fueron despojados de su autonomía. El resultado de todos estos procesos dejó para 2020 la cifra de 30 partidos nacionales. 

Guillermo Tell Aveledo advierte que muchos partidos “no son más que tarjetas electorales para candidatos que quieren perseguir un puesto y consolidar liderazgos” / Foto: Prodavinci

Falta de credibilidad

Las acciones del chavismo en contra de las organizaciones políticas que lo adversan no has sido el único factor de debilitamiento. En forma paralela, los partidos antichavistas se han visto afectados por una creciente falta de credibilidad entre un sector de la población.

El politólogo y profesor de la Universidad de Carabobo (UC), Yván Serra, asegura que estos partidos viven su peor momento desde que volvió la democracia en 1958. A su juicio,  es algo que los estudios de opinión han reflejado en múltiples oportunidades. 

Así, el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), llega actualmente a 15% de identificación entre la población, mientras que las toldas de oposición, entre ellas VP y AD, difícilmente alcanzan 6%. El experto puntualiza que gran parte de los votantes no sabe por cuál partido opositor inclinarse.

Serra considera que la falta de eficacia de ambos sectores responde en gran medida a que existe desencanto. 

“Mucha gente esperaba que el chavismo hiciera un buen gobierno; al no hacerlo, dejan de sentirse identificados. En el caso de la oposición, esperaban que se convirtieran en gobierno y no un interinato. Si ellos prometen que van a liberar al país de un ‘gobierno usurpador’ y que irán a unas elecciones limpias, pero no cumplen nada de eso, la gente empieza a sentir rechazo y a perder identificación”.

El profesor de la UC explica que estas organizaciones “cambiaron las ideas, por los liderazgos”. “Anteriormente, por ejemplo, la gente se vinculaba a Copei porque era un partido socialcristiano. Les podría interesar la figura de Rafael Caldera, pero más que él, a un ciudadano le interesaba el ideario político del socialcristianismo. AD fue más importante que Rómulo Betancourt; incluso, los líderes del partido terminaron siendo otras personas lejos de los fundadores”.

Serra recuerda que al haberle dado más importancia al líder que al ideario, con el tiempo los partidos comenzaron a ser inimaginables sin su principal figura, como por ejemplo, los casos de Proyecto Venezuela sin los Salas, Avanzada Progresista (AV) sin Henri Falcón o Vente Venezuela (VV) sin María Corina Machado. “Todo apunta a que los partidos parecieran ser ahora una organización en torno a un líder, para hacerse del poder, y no en torno a un ideal”.

Más allá de la falta de victorias y eficacia, ese salto de líderes persiguiendo protagonismo es una mala señal, dice Serra. “Ellos buscan un cortoplacismo político y mucho oportunismo. Se persigue una lógica personalista y para nada doctrinaria”, enfatiza Serra. 

Alí Daniels indica que las estructuras de los partidos, principalmente las regionales, se encuentran descabezadas, ya que muchos de sus líderes han tenido que irse / Foto: Acceso a la Justicia)

Desconexión con el votante

El doctor en Ciencias Políticas y decano de la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana, Guillermo Tell Aveledo, coincide en que si bien hay muchos partidos en Venezuela, algunos  “no son más que tarjetas electorales para candidatos que quieren perseguir un puesto y consolidar liderazgos”.


Esta circunstancia minimiza las posibilidades de encontrar a alguien que afirme, por ejemplo, que es un verdadero militante doctrinario de Primero Justicia (PJ) o de VP.

Aveledo ve la actual situación de los partidos muy menguada. Dejando de lado al Psuv, sostiene que las organizaciones opositoras están sometidas a una represión autoritaria y factores externos que han terminado en un proceso de desafección, además de no haber podido replicar la autoridad que tuvieron los partidos en los años 90.

“Esta desafección se acrecentó en la crisis de la última década del siglo XX y ahora vemos que no hay un partido grande que represente a la gente, sin olvidar que en Venezuela siempre ha habido una opinión negativa hacia los partidos”.
El académico lamenta que esas crisis eliminaran el único sistema de democracia competitiva en el país. Explica que aunque hay partidos más sólidos que otros –como las organizaciones del G4-, muchos también esconden “enormes fragilidades”.

Los expertos consultados por El Tiempo ven cuesta arriba que los resultados de las elecciones de noviembre vayan a favorecer al antichavismo debido a la falta de cohesión y de un mensaje fuerte, puesto que lo que predomina son los liderazgos personales con nombres de tarjetas electorales. 

Partidos regionales

Por otro lado, Daniels apunta que las dinámicas de los partidos regionales son muy diferentes que los del ámbito nacional, y es por ello que muchas de las candidaturas independientes que han sido promovidas nacen en rebeldía de las directivas que desde arriba han querido imponer los líderes de los partidos intervenidos.

 Esto reafirma que hay un desmoronamiento de la oposición. No hay una unidad de decisión porque en muchos casos es muy difícil dirigir un partido desde otro país, como es el caso de Leopoldo López con VP, detalla.

Daniels dice que prácticamente no hay alcaldías y gobernaciones en manos de opositores y para los ciudadanos no hay un interés real de quien asume las riendas de esas representaciones regionales.


“En el caso del Táchira, yo no veo que la gente esté muy a favor de una reelección de la actual mandataria. Eso habla de un desgaste en la imagen de los líderes políticos y ante ello no existe una alternativa. Si el elector se cansa de la gente de VP, PJ, o el partido que sea, la pregunta es: ¿a quién miramos? Y la respuesta en este momento a esa interrogante es que no hay a quien mirar”.

“No hay una alternativa real y el Gobierno ha logrado, por diversos medios, que la oposición se desintegre y no obedezca a una unidad de criterio en sus políticas”, asegura. 

Caracas / Armando Díaz 

 ET 

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