Los habitantes de varios sectores del municipio Bermúdez fueron sorprendidos este miércoles con un improvisado y no anunciado paro de transporte público, forzado por el desabastecimiento de combustible que aqueja a la zona desde hace unas 48 horas, con el agotamiento de los inventarios en los surtidores subsidiados, tanto para transporte particular como público.
La paralización abarcó a las líneas de la parroquia Bolívar y parte de Santa Rosa, como San Martín, cuyos conductores se quejaban de que no han podido surtir regularmente en los últimos días.
Miriam Pérez de Hato Romar se quejó en la esquina de la entrada de “El Pujo”, donde esperaba a que pasara un pirata para llegar a su trabajo este miércoles. “Playa Grande está lleno de problemas, primero el agua, después el montón de cortes eléctricos y ahora nos quedamos sin transporte”.
Similar situación se vivía en la vía hacia Carúpano Arriba, cuyos usuarios aprovechaban la relativa cercanía al centro de la ciudad para dirigirse a pie a sus lugares de trabajo.
Uno de ellos era Carlos Rivas, quien señaló que se desempeña como ayudante de una tienda en el centro. “No es que no hayamos vivido esto antes. Hay que acordarse de que en la pandemia nos movíamos con el bus baranda. Pero haberlo dicho ayer y uno tomaba sus previsiones”.
En la parada de la línea Karupana, Luis Bermúdez, quien esperaba a un “pirata” al filo del mediodía. Criticó la acción, al decir que comprende la molestia de los transportistas, “pero más a decir que todos los carros están sin gasolina. Deberían haber garantizado un servicio mínimo al menos. Siempre somos los usuarios los que pagamos el plato roto”.
Luis Zapata, presidente de la Federación Bolivariana de Transporte de Venezuela (Febotransven), justificó la medida de “aparcar” las unidades, muchas de las cuales, según dijo, se fueron al municipio Ribero a surtir combustible.
Señaló que muchas de las busetas que contaban con carburante pudieron trabajar, tal es el caso de las líneas de Canchunchú-Primero de Mayo y Charallave que laboraban normalmente.
Dijo que en su caso lleva unos 17 días sin surtir por falta de una orden regular, y lo ha tenido que comprar en el mercado negro.
Asomó que no resulta “rentable” comprar dolarizada la gasolina y seguir cobrando las mismas tarifas, además, del cobro de las tarifas a mitad de precio para estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidad.
Dijo que en el caso de Playa Grande, las unidades surtieron en dos grupos 70 litros de combustible cada una, que alcanzan para seis horas de trabajo.
En el caso del Diesel, señaló la mayoría de las líneas llevan unos 15 días sin surtir de forma subsidiada, porque solo han podido comprar dolarizado o “bachaqueado”.
“No es un paro de transporte, como le he aclarado a muchos, es simplemente que una gran cantidad de compañeros no tienen combustible, otros lo tendrán y solidaridad no quisieron trabajar. No se consume la misma cantidad de combustible un carro vacío que uno cargado”.
Reconoció que se trata de un problema nacional, y tienen fe de que con las asignaciones de gandolas a la Empresa Nacional de Transporte se pueda restablecer el abastecimiento de combustible al estado.
Con respecto al censo que se inició en el sector transporte, Zapata expresó reservas y su inconformidad ante el ritmo de surtido. “No podemos meter nuestras unidades en las distintas colas y surtir como lo hacíamos antes. Para nosotros el censo fue perjudicial. Fue beneficioso para el usuario, pero para el transporte público fue perjudicial”.
Por su parte, el alcalde de Bermúdez, Julio Rodríguez, acompañado de autoridades del Ministerio de Petróleo, Pdvsa, Seguridad y Fanb, sostuvieron un encuentro con directivos de sindicatos del transporte y presidentes de líneas.
Aunque no se comunicaron conclusiones, se habló del suministro, volumen, distribución y movilización (transporte) de combustible en el municipio Bermúdez.
Carúpano / Cecilia Lárez