La sobrevivencia a una enfermedad como el cáncer se encuentra ligada a lo socioeconómico y al funcionamiento de los sistemas de salud, que en el caso de nuestro país es deficiente en la atención a los pacientes que sufren la enfermedad.
Así lo expresó la oncóloga Zareida Bottini, al hacer un balance de la incidencia del cáncer de mama durante el lapso 2023 y 2024, a raíz de la conmemoración del Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Mama.
En 2023 la consulta de la especialista en Carúpano, estado Sucre, atendió a 58 pacientes y en lo que va de 2024 han sido 49 mujeres que ha diagnosticado.
Bottini es, además, la única oncóloga del hospital Santos Aníbal Dominicci, donde la situación es bastante difícil, pues atienden casos de todas las poblaciones de la zona de Paria. Señala que la mayoría de las pacientes son mujeres en edad activa, entre 45 y 60 años.
Sobre los números, indica que se trata de la dolencia con mayor incidencia que viene atendiendo en su consulta. Mientras se presentan uno dos casos de otros canceres, con el de mama totaliza medio centenar de mujeres que son diagnosticadas en un año.
La especialista explica que los factores que potencian la enfermedad son la herencia, la alimentación, los hábitos sanitarios, por ejemplo, fumar y consumir alcohol, el estrés y traumatismos de mama, entre otros.
Reconoce que la sobrevivencia ha mejorado porque hay terapias dirigidas, como el caso de los anticuerpos monoclonales. No solo es la quimioterapia, sino que resulta muy efectivo el bloqueo hormonal.
Sin embargo, el problema se presenta con los altos costos que deben asumir los pacientes, tanto en la parte del diagnóstico y seguimiento de la enfermedad con pruebas especializadas y también con los tratamientos, que dependiendo del caso, son impagables.
La oncóloga concluye que ante el panorama, muchos pacientes optan por dejar que la enfermedad siga su curso natural y terminan muriendo de un mal contra el cual pudieran ganar la batalla.
Explica que en el caso de la terapia monoclonal para mamas, es muy limitada para los pacientes porque no hay los medicamentos y cuando llegan son muy pocos.
En Carúpano, lamenta, no hay una farmacia de alto costo para los pacientes de cáncer, quienes deben buscar sus medicamentos en Cumaná o en los locales del Instituto Venezolanos de los Seguros Sociales en Anzoátegui o Monagas.
Dijo que el abastecimiento se reactivó este mes, luego de unos cinco meses, pese a que se trata de pacientes cuya vida depende de la continuidad en la atención.
“Tengo pacientes que han desmejorado mucho y en otros ha avanzado la enfermedad, porque no tienen la manera de costearse esos medicamentos en lo privado”. Recalca que la mayoría de los pacientes son de bajos recursos económicos.
A esto se añade que la mayoría de los fármacos son de uso prolongado, para un año o año y medio y cada 21 días. Ejemplifica el caso de una ampolla que deben usar cada 21 días y que cuesta no menos de $500.
“Cuando el paciente entra al consultorio ya debería venir con una biopsia, una tomografía, con la mamografía y con un gamma grama óseo, para diagnosticar bien, y no ocurre”.
Agrega que esperando que un paciente se haga una “inmunohistoquímica” o una biopsia, la enfermedad progresa y se muere. El otro caso son los enfermos que hacen lo imposible.
“Aquí la medicina es muy buena, lo que no es bueno es la parte pública, porque son enfermedades, al igual que la renal, que requieren de exámenes en el área pública, en instituciones”.
Cree que en los hospitales deben realizar tomografía, resonancias y otros estudios especializados, que permitan ayudar a un paciente con cáncer, pero lo que ocurre es que van a listas interminables, donde desmejoran y mueren antes de atenderlos apropiadamente. “Tampoco es culpa de los médicos que están allí. Es culpa del sistema que no funciona”.
Recalcó que no son políticos, y no miran a la hora de atender a un paciente, cuál es su pensamiento, sencillamente el tema es ayudarlos. Pero lamentablemente, dijo, no se están cumpliendo los protocolos por la falta de condiciones.
Bermúdez / Yumelys Díaz
