La actual incursión del Ejército israelí en el hospital Naser, el más importante del sur de la Franja de Gaza, ha causado un corte eléctrico total en el centro que ya ha ocasionado la muerte de al menos cinco pacientes en cuidados intensivos y ha puesto en riesgo la vida de otros, incluyendo tres bebés.
El Ministerio de Sanidad del enclave palestino ha denunciado este viernes que como consecuencia de la operación militar israelí en el hospital, que comenzó ayer tras 25 días de asedio, “el suministro eléctrico se cortó completamente en el Complejo Médico Naser”, lo que provocó “la muerte de cinco pacientes” en las últimas horas.
Sanidad asegura que “en cualquier momento” podrían morir otros enfermos en cuidados intensivos así como tres bebés que necesitan un suministro ininterrumpido de oxígeno, y denunció que dos mujeres dieron a luz “en condiciones inhumanas, sin electricidad, sin agua, sin comida y sin calefacción”.
Por otro lado, las tropas israelíes atacaron el segundo piso del hospital Al Amal, también en Jan Yunis, en el que el Ejército ya realizó una incursión el 9 de febrero tras 19 días de asedio.
Una quincena de médicos de ese hospital fueron arrestados por el Ejército hace una semana y este viernes fueron liberados dos de ellos, según el servicio de emergencia Medialuna Roja.
Entre tanto, Israel descarga su fuerte ofensiva militar a lo largo de la Franja de Gaza pese a la creciente presión internacional por un cese el fuego que permita liberar a los rehenes que tomó el grupo islamista Hamás, así como aliviar la crisis humanitaria sin precedentes que padecen los gazatíes supervivientes.
Los ataques se suceden en todo el enclave: terroristas armados fueron asesinados y numerosos objetivos de Hamás atacados en una cooperación terrestre y aérea”, indicó un portavoz del Ejército israelí, resumiendo las operaciones de las últimas horas.
En el sur de la Franja, los soldados realizan “ataques selectivos”, que incluyeron combates con drones y explosivos que dejaron varios milicianos muertos, añadió.
En el centro de Gaza, tropas israelíes eliminaron a una “célula terrorista”, mientras que en el norte, actualmente controlado casi por completo por Israel, los aviones bombarderos lanzaron ataques en los que murieron varios milicianos, incluyendo un subordinado de un comandante miliciano.
Por su parte, las autoridades gazatíes aseguran que “en las últimas 24 horas, la ocupación israelí cometió 10 masacres contra familias en la Franja de Gaza que dejaron 112 muertos y 157 heridos”.
Estos ataques se realizan mientras Israel recibe cada vez más presión internacional para que acceda a un cese el fuego, inclusive por parte de Estados Unidos, su principal socio y proveedor de armas.
Las crecientes diferencias entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente estadounidense, Joe Biden, fueron evidentes durante su última comunicación telefónica, la noche del jueves.
Biden aboga por un acuerdo de tregua que permita la liberación de los más de cien rehenes con vida que Hamás retiene en Gaza, por una resolución del conflicto que incluya la creación de un Estado palestino y se opone a una incursión terrestre del Ejército israelí en Rafah, una ciudad en el extremo sur del enclave donde se aglutina la mayoría de los casi dos millones de civiles desplazados que ha dejado la guerra.
Sin embargo, Netanyahu dejó claro su firme desacuerdo tras concluir la llamada con Biden.
Biden pide a Netanyahu que garantice la seguridad de los civiles ante una posible incursión militar en Rafah
“Israel rechaza categóricamente las órdenes internacionales sobre un acuerdo permanente con los palestinos. Israel seguirá oponiéndose al reconocimiento unilateral de un Estado palestino, pues tal reconocimiento tras la masacre del 7 de octubre daría una enorme recompensa a un terrorismo sin precedentes e impediría cualquier futuro acuerdo de paz”, dijo Netanyahu a su gabinete, según la prensa local.
Además, el mandatario insiste en la necesidad de una incursión terrestre en Rafah para cumplir su promesa de “desmantelar” a Hamás, aunque expertos en inteligencia advierten de que aunque el grupo islamista quede desactivado como fuerza militar, sobrevivirá como un grupo guerrillero.
En medio de la creciente tensión en la zona, dos personas murieron este viernes y otras cuatro resultaron heridas en un ataque a tiros mientras se encontraban en una estación de bus en el sur de Israel, informaron fuentes oficiales.
Las mismas fuentes han confirmado que el agresor fue asesinado por un civil en el lugar de los hechos.
Según el servicio de emergencias Magen David Adom, sus paramédicos hallaron en el lugar a seis heridos, dos de las cuales murieron posteriormente en el hospital al que habían sido trasladados.
“Un terrorista que llegó a la estación de autobuses, aparentemente en coche, abrió fuego contra varias personas hasta que fue neutralizado por un civil que se encontraba en ese lugar”, el cruce Rem Masmiya, ubicado a unos 40 km al sureste de Tel Aviv, indicó la Policía en un comunicado.
Las autoridades no han dado detalles del atacante, pero suelen utilizar el término “terrorista” para referirse a palestinos o árabes-israelíes que cometen crímenes en el marco del conflicto.
Precisamente en Israel, miles de ciudadanos angustiados por el destino de los rehenes en Gaza presionan a Netanyahu para que acepte un acuerdo de cese el fuego que permita su liberación.
Anoche, cientos de personas protestaron frente a la sede del Ministerio de Defensa en Tel Aviv, ante la aparente negativa de Israel de continuar las negociaciones de un pacto en El Cairo.
“Si la iniciativa de El Cairo fracasa, los rehenes serán abandonados para morir. Envíe una delegación a las negociaciones y siga negociando hasta que se llegue a una resolución”, clamaron los familiares de los rehenes en un comunicado dirigido a Netanyahu.
Jerusalén / Efe
