Miguel Cabrera, quien recientemente se convirtió en el trigésimo tercer pelotero en disparar -al menos- 3.000 hits en la historia de la Major League Baseball (MLB), dio las primeras muestras de su brillantez en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP).
En el máximo circuito invernal patrio, trabajó exclusivamente para Tigres de Aragua y se convirtió en uno de sus grandes referentes en el comienzo del siglo XXI.
Se estrenó en la LVBP en la temporada 1999-2000 y demostró poseer el contacto propio de un futuro astro de Las Mayores. Participó en un encuentro y conectó de 4-1. Tenía, apenas, 16 años y culminó con un average de .250.
En el siguiente certamen (2000-2001), gozó de más tiempo de juego. Intervino en 28 duelos y dejó un average de .253 después de sacudir 24 imparables en 95 chances. Acumuló tres dobles, igual cantidad de jonrones, 16 impulsadas y 14 anotadas.
En la campaña 2001-2002, se consolidó como titular y lució un porcentaje ofensivo de .294 tras batear 53 incogibles en 180 oportunidades. Totalizó 11 tubeyes, un triple, cinco cuadrangulares, 18 empujadas y 24 marcadas en 52 topes. Ganó un Guante de Oro y guio a Aragua a la Gran Final, en la que perdió 4-1 ante Navegantes del Magallanes en cinco juegos disputados.
En la justa 2002-2003, que no concluyó porque se canceló debido a un paro cívico nacional, tuvo una brillante actuación con el madero. Golpeó .321 (de 140-45) con 10 biangulares, cuatro estacazos, 24 producidas y 17 registradas en 38 careos.
La cita marcó de su aparición en la 2003-2004 en la que ayudó a Tigres a conquistar su primer título de la LVBP en 28 años.
Sonó .327 en 15 choques, en los que "diseminó" 17 inatrapables en 52 veces al bate, entre ellos un tubey y cuatro pelotas depositadas en las gradas.
En la Gran Final contra Caribes de Anzoátegui, su estaca explotó. Mantuvo una media ofensiva de .300 (de 20-6) con tres dobles, dos palazos de vuelta entera, cuatro remolcadas y siete anotadas. Ayudó a los felinos a imponerse 4-2 en un cruce decisivo, pautado a un máximo de siete partidos.
Luego de esa consagración, en una justa en la que logró su primer y único premio Jugador de la Semana, Cabrera se erigió, una vez más, como una de los bastiones para que Aragua se adjudicara el gallardete de la edición 2004-2005 de la LVBP.
Durante la ronda eliminatoria, mostró un porcentaje al ataque de .333 (de 42-14) con un par de dobles, dos toletazos, ocho empujadas y nueve registradas en 12 compromisos.
En la fase decisiva, conservó un average de .391 (de 23-9) con un biangular, un cañonazo de recorrido completo, dos producidas y seis toques de pentágono. Colaboró para que los rayados batieran 4-3 a Leones del Caracas en una finalísima que se extendió al máximo de siete "batallas".
Volvió a presentarse en el curso 2005-2006 y concluyó con un average de .293 (de 41-12) en 12 presentaciones de la etapa eliminatoria. Coleccionó un doblete, un doble, 10 llevadas a la goma y cinco pisadas de registradora.
En la Gran Final, en la que Aragua trastabilló 4-1 ante Caracas, promedió .444 (de 18-8) con dos dobletes, una impulsada y cinco anotadas.
Tras la debacle ante Caracas, Cabrera volvió para la competición 2006-2007 y tronó .375 (de 16-6) con tres remolques y cuatro pases por el home plate en cinco enfrentamientos de primera etapa.
En la última etapa, fue vital para que Tigres doblegara 4-1 a Magallanes y se consagrara por tercera vez en la década de los 2000. Finalizó con un porcentaje de .300 (de 20-6) con un doblete, dos cuadrangulares, cuatro remolcadas y siete pisadas de goma.
Se mostró por última vez en la LVBP en la temporada 2007-2008 y lo hizo a lo grande, pues llevó a Aragua a coronarse por cuarta ocasión los 2000.
Durante la ronda regular, intervino en siete compromisos y exhibió una media de .375 con la "garrocha" (de 24-9) con tres producidas y siete cruces de home.
En la Gran Final, ligó para .455 (de 22-10) con tres tubeyes y una anotada, para contribuir a que Aragua dominara 4-2 a Cardenales de Lara y se quedara con la diadema.
De esa manera, se cerraron las actuaciones de Cabrera en una LVBP, en la que mantuvo un average vitalicio de .309 (de 594-181) en 170 encuentros de primera fase. En nueve campañas, consiguió 34 dobles, tres triples, 20 bambinazos, 93 fletes y 89 registradas.
Sin duda, Cabrera dejó una huella imborrable en una LVBP que le sirvió de plataforma de despegue para una trayectoria a nivel rentado propia de un beisbolista único en su clase.
Valencia / Joseph Ñambre