México cerrará una famosa prisión en una isla ubicada frente a la costa mexicana del Pacífico y la convertirá en un centro de educación cultural y ambiental, dijo el lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La prisión federal de las Islas Marías liberará a cerca de 200 de sus aproximadamente 600 reclusos y el resto será reubicado a otras prisiones.
La cárcel se fundó en 1905 en la Isla María Madre y durante algunos periodos fue conocida por su brutalidad infame. Cuando Panamá cerró su colonia penitenciaria en la isla de Coiba en 2004, la de las Islas Marías fue la última en quedar en América.
López Obrador dijo que el nuevo centro cultural será nombrado en honor a José Revueltas, quien fue encarcelado ahí y escribió la novela “Los muros de agua”.
“Es la historia de castigos de tortura, de represión a lo largo de más de un siglo”, señaló López Obrador.
Apuntó que la última riña en la prisión ocurrió en 2003 ya que excedía su capacidad. Entonces había 8.000 reclusos en la instalación, comentó.
López Obrador visitó la isla ubicada a 110 kilómetros (70 millas) de distancia de la costa del estado de Nayarit el domingo, acompañado por miembros de su gabinete.
Durante años, los ambientalistas han presionado al gobierno para que cierre la prisión y convierta las islas en una reserva natural.
El hecho de estar bajo un control estricto y que haya poco desarrollo urbano, ha ayudado a que las Islas Marías y otras antiguas colonias penitenciarias conserven los delicados ecosistemas costeros que de otra forma habrían dado paso a centros turísticos u otras explotaciones comerciales.
En 2004, parecía que el territorio se dirigía a la conservación debido a que el gobierno cerró edificios y envió a la mayoría de los reclusos al territorio mexicano. Pero los funcionarios enviaron repentinamente a otros 150 prisioneros y anunciaron una inversión de 2 millones de dólares.
Actualmente, las prisiones federales de México no están saturadas, lo que hace que el cierre de la prisión en la isla sea más concebible.
Muy lejos de su oscura historia de trabajo duro y abusos, las Islas Marías se convirtieron en una prisión para los reclusos mejor portados, que disfrutaban de mayor libertad que en una prisión normal. Algunos incluso tenían permitido vivir con sus familias en la isla.
Ciudad de México / AP