Las madres y familiares de los niños detenidos en el Centro de Justicia 431, ubicado en El Cementerio, denunciaron que este martes, 17 de septiembre, no les permitieron las visitas. Los menores están detenidos como consecuencia de las protestas poselectorales.
En el centro de reclusión las visitas son permitidas los martes y viernes. Los familiares deben llegar antes de las 9:00 de la mañana para que se le asignen “los pases” y después de eso, deben pasar por el proceso de revisión y así poder ver a sus hijos.
Beñosi aseguró que “los tenían mareados” y que después de varias horas de espera, les dijeron que no pasarían porque era una orden del ministro, Julio García Zerpa.
“La directora del centro nos dijo que no nos daría pasar. Nos quedamos con la comida afuera y no nos permitieron la entrada”, dijo.
Añadió que están tratando a los niños como delincuentes cuando ellos son inocentes y no hicieron nada malo.
Los representantes de los menores detenidos creen que tomaron esta decisión después de denunciar las violaciones de derechos humanos a los que han sido sometidos desde que están detenidos.
El viernes, 15 de septiembre, las madres de los menores detenidos denunciaron que cumplen más de 45 días detenidos de forma arbitraria. Al momento de su captura, los agentes de seguridad no tenían ninguna orden de aprehensión y, los primeros días, fueron detenidos en centros de reclusión para adultos.
En el caso de Diomer Gómez, de 17 años, pasó 12 días desaparecido antes de que sus familiares supieran dónde estaba recluido. Su hermana, Dionexis, comunicó que tampoco ha recibido atención médica debido a que tiene una goma en la espalda.
“No le han mandado hacer exámenes, no le han mandado hacer placas. Solo nos mandaron a comprar unas inyecciones y unas pastillas. No sabemos más nada”, afirmó su hermana durante la rueda de prensa.
Gómez añadió que su hermano es un “niño estudioso” y que nunca se metió en problemas. “Su mayor deseo es estudiar Comunicación Social en la UCV. Ellos no son criminales, queremos que salgan y que nos den respuestas”, dijo.
Theany Urbina, madre de Miguel Urbina, de 16 años, informó que los niños, antes de ser trasladado al centro de detención de El Cementerio, estuvieron retenidos en Zona 7, centro de reclusión preventiva de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), y que recibieron tratos inhumanos.
Los torturaron de forma física y psicológica. “Hay una cosa que llaman la capucha de cebollita, consiste en que le ponen una bolsa en la cara con gas lacrimógeno”, aseveró ante los medios de comunicación.
Los ocho niños, los cuales están en una misma celda, están siendo acusados de terrorismo, incitación al odio, asociación para delinquir y obstrucción de la vía pública.
“Tenemos entendido que terrorismo tiene una imputación de 10 años, y esto le está trancando su futuro y, de verdad, no sabemos qué pasará con nuestros hijos”, expresó Urbina.