Armado con un rifle y vestido con un equipo táctico, Salvador Ramos irrumpió en la escuela primaria Robb, de Uvalde (Texas), se atrinchero en un aula e inició una balacera que acabó con la vida de 19 niños y dos docentes. Fue abatido por la Policía minutos después de perpetuar uno de los peores tiroteos de la historia de Estados Unidos.
Tras el feroz ataque del pasado martes, habló la mamá del tirador. La mujer lamentó la muerte de las víctimas y aseguró que su hijo no era un monstruo pero que en ocasiones se mostraba violento cuando se enojaba. “Podía llegar a ser agresivo si realmente se enfadaba. Todos tenemos rabia, pero algunas personas tienen más que otras”, afirmó Adriana Reyes en una entrevista con la cadena ABC.
Reyes afirmó que no tenía conocimiento de que su hijo hubiera comprado armas y se mostró consternada por los pequeños que murieron. “Esos niños... No tengo palabras. No sé qué decir sobre esos pobres niños”, expresó entre lágrimas.
El sangriento raid delictivo de Ramos comenzó con un disparo a su abuela, a quien dio por muerta. La mujer sobrevivió y llamó a la Policía para advertir lo que sucedía con su nieto, quien compró el rifle en su cumpleaños 18, hace pocas semanas, y el cual utilizó para cometer la matanza.
Al ser cuestionada sobre la versión de que el armamento que usó fue un regaló por cumplir años, Reyes lo negó.
La mujer declaró en otra entrevista que su hijo no era una persona violenta, pues por el contrario, era tímido. Además, expuso que no era una persona que se caracterizara por ser conflictiva y no molestaba ni hacía daño a nadie. “Era bien calladito, bien callado. Muy penoso, no molestaba a nadie, no le hacía nada a nadie”.
Sin embargo, algunos compañeros de clase dijeron a la cadena que Ramos era conocido por luchar y amenazar a sus compañeros de estudios. Aseguraron además que exhibió un comportamiento cada vez más perturbador en los últimos dos años, amenazando al menos a un compañero y acechando a otros.
Se sabe que era un joven retraído y que tenía conflictos con sus compañeros que le hacían bullying por una dificultad en el habla. También trascendió que tenía una relación familiar tensa y que si bien vivía con su mamá, en ocasiones se mudaba con su abuela.
Por su parte, un amigo contó que una vez Ramos apareció con la cara cortada y que en un primer momento le había contado que un gato lo había atacado, pero después le terminó confesando que él mismo se había lastimado.
Texas / Redacción web
