A falta de grandes ídolos en el campo de juego, la inédita final entre Boca Juniors y River Plate por la Copa Conmebol Libertadores 2018 tiene a sus técnicos como protagonistas excluyentes.
Ganadores como futbolistas y entrenadores en los dos gigantes de Argentina, Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Gallardo son hoy más aclamados por los hinchas que cualquiera de sus dirigidos. El vencedor del histórico duelo consagrará a uno de ellos a la estatura de una deidad.
La victoria, incluso, les podría deparar como premio extra la banca de la selección de Argentina, hoy vacante.
“Se va a jugar un partido especial, histórico, y somos privilegiados de poder vivirlo", sostuvo Gallardo hace pocos días. El técnico de River no podrá concurrir al primer partido este sábado en el estadio la Bombonera ya que fue sancionado por la Conmebol por violar una suspensión previa.
“Boca y River han llegado a un escalón que me parece importante destacar, más allá de lo que pase. Hoy el mundo habla de esta final y es un logro muy importante”, evaluó su colega de Boca este miércoles en una conferencia de prensa.
El “Mellizo” está entre los cinco máximos ídolos de la historia boquense, principalmente por la decena de títulos que ganó como habilidoso delantero, más un bicampeonato ya sentado en la banca desde 2016.
Por su parte, el “Muñeco” fue un exquisito enlace que dio un par de vueltas olímpicas pero que alcanzó el reconocimiento gracias a los ocho trofeos obtenidos como entrenador, entre ellos la Libertadores 2015.
Enfrentamientos
Se enfrentaron siete veces como técnicos, con tres victorias para Gallardo y dos para Barros Schelotto, ambas en el estadio Monumental, donde se definirá el ganador de la Libertadores el sábado 24 de noviembre.
El encuentro más importante hasta esta final tuvo a Gallardo como ganador. Fue en febrero de este año 2-0 por el trofeo de la Supercopa Argentina. En septiembre volvieron a medirse en la Bombonera por la liga local. Otra vez el técnico de River se fue ganador por el mismo marcador.
En ambos encuentros resaltó la capacidad del estratega riverplatense para detectar las vulnerabilidades del rival y adaptar su táctica a fin de explotarlas. Barros Schelotto, en cambio, pareció incapaz de cambiar el plan de juego ante la adversidad.
“No es un partido más de campeonato. Es una final. No tiene nada que ver con partidos anteriores”, advirtió Barros Schelotto, de 45 años, quien finaliza su contrato en diciembre y no ha dado señales de que vaya a continuar. “Lo único que tengo en la cabeza son los dos partidos de la final, tratar de ganar. No pienso más que eso”.
Algunos medios deportivos lo sitúan como reemplazante de Gerardo Martino en el Atlanta United de la MLS. Otros especulan que tanto él como Gallardo, con contrato por otros dos años, tienen destino inevitable de la selección argentina en caso de ganar la final.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) anunció hace un tiempo que en diciembre designaría al técnico definitivo de la Albiceleste.
Al equipo de Gallardo también se le destaca la personalidad y valentía para encarar partidos decisivos. Una materia que se le consideraba pendiente a Boca hasta esta Libertadores, en la cual llegó a la final definiendo de visitante toda la fase eliminatoria.
"Los dos somos favoritos”, apuntó Gallardo, de 42 años. “No tenemos por qué cambiar nuestras formas".
La pregunta en estos días es cuánto influirá en sus jugadores la ausencia de Gallardo, que por disposición de Conmebol no puede acercarse a la Bombonera ni mantener comunicación con sus ayudantes y dirigidos.
Gallardo había sido suspendido para la revancha ante Gremio una semana atrás por demorar la salida de su equipo al campo de juego.
El entrenador violó la prohibición de bajar al vestuario en Brasil y además mantuvo contacto vía telefónica con un colaborador, lo cual le valió un nuevo y más severo castigo.
“Confío plenamente en la gente que trabaja conmigo y en los jugadores, son ellos los que resuelven, los que toman las decisiones dentro del campo", aseveró.
Un clásico
Para Barros Schelotto será “una final muy estudiada, me parece va a ser muy peleada y discutida desde lo futbolístico y muy pareja”.
Hoy se consideran privilegiados, mañana será difícil estar en los zapatos del derrotado.
"Lo que se hizo hasta acá nadie lo va a borrar. Ahora es una historia nueva, una página más del libro. Estará en nosotros el tener la chance de seguir siendo parte de la historia", reflexionó Gallardo.
Buenos Aires / Débora Rey / AP