Los bomberos lucharon este viernes para contener un gran incendio forestal en el sur de California en medio de vientos cambiantes, lo que obligó a las autoridades a expandir las evacuaciones a medida que los pronosticadores extendieron las advertencias del clima de fuego hasta el fin de semana.
El incendio denominado Maria Fire entró en erupción el jueves por la noche al noroeste de Los Ángeles durante lo que se esperaba que fuera el final de un asedio de los vientos de Santa Ana que se avivó destructivamente en toda la región, pero se desarrolló un tira y afloja entre esas ráfagas en alta mar y el retorno de algunos flujos en tierra desde el océano.
"Ha sido una batalla cuesta arriba desde entonces", dijo el jefe de bomberos del condado de Ventura, Mark Lorenzen, en una conferencia de prensa al mediodía. "Estamos descubriendo que los vientos están empezando a cambiar y eso presenta sus propios desafíos por sí mismo".
Los cambios de viento exponen nuevas áreas de combustible al fuego, trayendo "un tiroteo bastante significativo", dijo.
El fuego quemó las laderas de una montaña rodeada de tierras agrícolas, la pequeña ciudad de Santa Paula y otras comunidades a medida que creció a aproximadamente 14 millas cuadradas (36 kilómetros cuadrados). Los aviones intentaron flanquearlo con largas gotas de retardante, mientras que los helicópteros arrojaron grandes cantidades de agua.
Unas 8,000 personas estaban bajo órdenes de evacuación y 2,300 estructuras fueron amenazadas, dijo el alguacil Bill Ayub.
Se esperaba que las advertencias de bandera roja para las ráfagas y los niveles de humedad muy bajos expiraran el viernes por la noche, pero los pronosticadores los extendieron a las 6:00 pm del sábado para los valles y montañas interiores de los condados de Ventura y Los Ángeles, citando las condiciones marchitas.
Los Ángeles / AP
