Los votantes alemanes escogían el domingo un nuevo parlamento, en unas elecciones que determinarán quién sucede a la canciller Angela Merkel tras sus 16 años al timón de la economía más grande de Europa.
Los sondeos apuntaban a una pelea muy disputada entre el bloque de centroderecha de Merkel, con el gobernador estatal Armin Laschet como candidato a canciller, y los socialdemócratas de centro, que presentan al ministro de Finanzas y vicecanciller saliente, Olaf Scholz.
De acuerdo a la agencia AP, encuestas recientes situaban a los socialdemócratas en cabeza por un estrecho margen. Los Verdes, una formación ecologista, se presentaban por primera vez a la cancillería. Los sondeos situaban a su candidata, Annalena Baerbock, en tercer lugar por varios puntos de diferencia.
Los socialdemócratas se han beneficiado de la relativa popularidad de Scholz tras una larga temporada de encuestas poco favorables y de los deslices de campaña de sus rivales. Baerbock cometió algunos errores iniciales, mientras que Laschet, gobernador del estado de Renania del Norte-Westfalia, ha tenido problemas para motivar a la base tradicional de su partido.
Unos 60,4 millones de personas en el país de 83 millones de habitantes podían votar al nuevo Bundestag, o cámara baja del parlamento, que a su vez elegirá al próximo jefe de gobierno.
No se esperaba que ningún partido obtuviera una mayoría amplia. Los sondeos mostraban un apoyo a todos ellos por debajo del 30%.
Un resultado en esas líneas podría plantear muchas coaliciones de gobierno posibles, y desencadenar meses de regateos para formar un nuevo gobierno. Hasta que se consolide, Merkel seguirá en el puesto como canciller en funciones.
Scholz acudió a votar a Potsdam, a las afueras de Berlín, y dijo que confiaba en que los votantes “hagan posible (...) un resultado muy bueno para los socialdemócratas, y que los ciudadanos me den el mandato de convertirme en el próximo canciller de Alemania”.
Laschet dijo en Aachen, en la frontera occidental alemana, que la votación “decidirá la dirección de Alemania en los próximos años, de modo que cada voto contará”.
Merkel ha sido elogiada por dirigir a Alemania durante sucesivas crisis importantes. Su sucesor tendrá que atender la recuperación del coronavirus, algo que Alemania ha sobrellevado relativamente bien gracias a amplios programas de rescate que han supuesto nuevas deudas.
Laschet insiste en que no deben subirse los impuestos mientras Alemania sale de la pandemia. Scholz y Berbock están a favor de subir los impuestos a los alemanes más ricos y aumentar el salario mínimo.
Los principales partidos alemanes tienen diferencias considerables en sus propuestas para abordar el cambio climático. La CDU de Laschet apuesta por soluciones tecnológicas y una estrategia liderada por el mercado, mientras que los Verdes quieren subir los costes de emitir dióxido de carbono y poner fin al uso de carbón antes de lo previsto. Scholz ha hecho hincapié en la necesidad de proteger los empleos durante la transición a fuentes de energía más limpias.
La política exterior no ha tenido mucho peso en la campaña, aunque los Verdes defienden una postura más firme ante China y Rusia.
En Berlín, Wiebke Bergmann, trabajadora social de 48 años, dijo que la salida de Merkel hacía de estas unas elecciones “muy especiales”.
“Pensé mucho en qué candidato quiero como próximo canciller, hasta esta mañana no había tomado una decisión. Ninguno de los tres me convencía de verdad”, añadió Bergmann. “Todos parecen buenas personas, pero no estoy segura de que puedan hacer un buen trabajo como próximo canciller”.
En el distrito capitalino de Kreuzberg, un bastión tradicional de la izquierda, Jan Kemper, de 41 años y gerente de un banco digital, dijo que el cambio climático y el lento ritmo de digitalización en Alemania estaban entre sus principales preocupaciones. Elogió a Merkel por su estilo de gestión de crisis, pero dijo que algunos temas clave habían quedado sin atender.
“Antes, las elecciones marcaban el rumbo para los siguientes dos o cuatro años”, señaló. “Ahora hay que tomar decisiones que afectarán a las próximas generaciones”.
El Bundestag tiene al menos 598 escaños, pero el complejo sistema de voto alemán implica que puede ser significativamente mayor. El parlamento saliente tenía un récord de 709 legisladores, y se espera que el próximo sea aún más numeroso.
En cuanto al formato de los comicios, se esperaba que el número de personas que votaban por correo fuera mayor que el 28,6% que lo hizo hace cuatro años. También el domingo, los votantes en Berlín y Mecklemburgo-Pomerania Occidental, en el nordeste de Alemania -dos estados que ahora gobiernan los socialdemócratas- elegían nuevas legislaturas estatales.
Alemania / Redacción web con información AP